Días atrás se cumplieron los 10 años del asesinato del periodista de San Carlos Mateo Kutalek, y en poco más de 3 meses, se recordarán los 10 años del asesinato de la empresaria Mónica Catalina Wetsch. Ambos siguen impunes, ambos ocurrieron en Maldonado; en medio, hubo algunos hechos que vincularían a los asesinos de uno, con los del otro.

Ocho meses después del asesinato de Mateo Kutalek, un integrante del DOE (Departamento de Operaciones Especiales, de la Policía Nacional) ofreció una conferencia de prensa en la ciudad de San Carlos, en la que brindó detalles de las investigaciones que se llevaban adelante.

Kutalek fue asesinado la madrugada del 6 de mayo del año 2006. El funcionario no dio otros detalles que no fueran los conocidos hasta aquel momento, precisamente en virtud de que las nuevas etapas de la investigación pasaban por otros carriles, mucho más silenciosos que los habituales.

La nueva estrategia de los investigadores radicaba en mantener un contacto fluido con los allegados y familiares de la víctima, así como con la prensa, pero sin llegar a revelar otras acciones que se desarrollaban en el más impenetrable secreto, un secreto que nunca condujo a nada.

Los documentos

A ocho meses de ocurrido el asesinato del periodista carolino, aparecieron algunos de sus documentos, hecho que desembocó en el procesamiento sin prisión, por el delito de encubrimiento, de dos hombres que realizaban trabajos de construcción en una propiedad de Maldonado.

Aquellos obreros, reciclaban una vieja finca en las calles 18 de Julio y Gutiérrez Ruiz en Maldonado, a menos de dos cuadras de donde, poco más de 3 meses después de la muerte de Kutalek, fue salvajemente asesinada a palazos, la comerciante Mónica Catalina Wetsch Anhalt de 67 años.

La empresaria conocida como Roberta, fue ultimada a golpes con dos tacos de billar en las primeras horas del miércoles 23 de agosto de 2006 en su propio comercio (el boliche nocturno “5 noches de luna”), al que solía concurrir gente vinculada a la prostitución, al ambiente de la noche y al delito.

Nunca se supo claramente si el móvil del brutal asesinato fue una suma de dinero que la mujer tendría guardada en el propio local o en su domicilio. El boliche “5 noches de luna”, también estaba sobre calle 18 de Julio, pero casi Román Bergalli; a una cuadra y media de donde aparecieron documentos de Kutalek.

Coincidencia

Ante algunos puntos en común entre los dos hechos, se pueden barajar algunas hipótesis que, al menos en forma pública, la Policía en ningún momento manejó. Con el tiempo se siguió hablando permanentemente pero solo de la muerte del periodista.

Cabe la posibilidad de que los asesinos de Kutalek, en las primeras horas del sábado 6 de mayo de 2006, luego de ultimarlo, hayan estado en “5 noches de luna” y decidieran “tirar” los documentos del comunicador al irse o al llegar, muy cerca de allí; tal vez a una cuadra y media, en una obra.

Cabe también la posibilidad de que Mónica Catalina Wetsch Anhalt haya “escuchado algo” sobre él o los asesinos de Kutalek, quienes armaron una trama macabra para deshacerse de quien podría llegar a comprometerlos, despistando a la Policía, que pudo haber optado por investigar el móvil del robo.

Teniendo en cuenta el perfil de la clientela de “5 noches de luna”, y que Kutalek habría sido visto con vida por última vez cuando salió en el coche de un amigo desde la zona de prostíbulos de Maldonado, se podría sostener que había elementos suficientes para encontrar una relación entre ambos hechos.

Además, en los dos da la sensación de que no se operó por casualidad o en forma improvisada, en la medida en que ni uno ni otro pudo ser esclarecido 10 años después. Esto a pesar de que los asesinatos perfectos no existen, solo se entorpece su investigación por diversos elementos.

La otra posibilidad es que los hechos no hayan tenido ninguna relación, ningún punto en común, y que los asesinos de Mateo Kutalek ­que pudieron haber sido improvisados delincuentes o sicarios profesionales­, hayan procurado confundir a los investigadores.

Con ese objetivo pueden haber, “plantando” los documentos del periodista cerca de “5 noches de luna” para provocar precisamente la relación que hacíamos anteriormente; también es posible que la cercanía entre el sitio donde estaban los documentos y el boliche del segundo asesinato, hayan sido una casualidad.

El local nocturno, tenía un gran movimiento cada noche. Abría sus puertas en el entorno de la hora 21.00 y cerraba con las primeras luces del día siguiente. Por uno y otro caso, decenas de personas pasaron por dependencias policiales y judiciales; ninguna pudo ser encontrada culpable. En ninguno de los dos asesinatos hubo testigos.

Trabajadores

La cédula de identidad de Mateo Kutalek fue encontrada en la obra de 18 de Julio y Gutiérrez Ruiz a mediados de noviembre de 2006, cuando un constructor y su peón realizaban tareas de limpieza en una casa que se encontraba abandonada desde hacía dos décadas.

Por temor, los trabajadores decidieron dejar los documentos en el mismo lugar hasta que un mes después del hallazgo decidieron poner en conocimiento de las autoridades el asunto. No soportaron más mantener aquel secreto por lo que decidieron acudir a la Policía.

Cuando se relevó el terreno, efectivamente apareció la cédula de identidad de Kutalek, no así su carné de periodista, que seguramente estuviera mezclado con diversos materiales, porque los obreros reconocieron que en el hallazgo inicial se encontraba allí.

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