El refugio de contingencia alberga cada noche a unas 50 personas. El domingo, un usuario que se había retirado intentó ingresar, lo que no está permitido pasada la hora 22.00, generándose un incidente en el que un cuidador fue golpeado y lastimado. Al día siguiente, robaron toda la ropa de cama y alimentos además de provocar un gran desorden.

 

El domingo 17 de julio a la noche, una persona que se había retirado intentó ingresar nuevamente al refugio a altas horas de la madrugada lo que no está permitido, salvo que se llegue en compañía de la Policía, produciéndose un altercado en el que fue agredido un cuidador.

La directora del Mides, Magdalena Zumarán, explicó que hay normas de convivencia en los refugios que deben respetarse, como por ejemplo, una vez que se ingresa, entre las 18.00 y las 22.00 horas, si bien se puede retirar no se puede volver a ingresar esa misma noche.

La persona fue denunciada y quedó impedida de ingresar al refugio, lo que llevó a que a la mañana siguiente otros usuarios expresaran su apoyo al mismo, generando incidentes que nuevamente requirieron la presencia policial, por lo cual fueron desalojados y suspendidos por algunos días.

El lunes 18, cuando el personal encargado de la limpieza retornó al refugio, sobre la hora 15.00, constató que se había producido un cuantioso robo y se había provocado un gran desorden. Mediante la rotura de la puerta de ingreso, se llevaron todas las frazadas, sábanas y toallas.

Además alimentos que se encontraban guardados, como leche y cocoa que se utilizan para preparar la merienda de cada jornada. Una importante cantidad de ropa, que es donada para ser entregada a quienes la necesiten, se encontraba esparcida por todas partes.

Ante esta situación, el lunes el refugio de contingencia no fue abierto, por lo cual se montó una guardia policial durante toda la noche para preservar la propiedad cuya puerta no había podido ser reparada. Recién el martes 19 se pudo reiniciar la actividad en forma normal.

En tanto, la Policía trabaja para dar con los responsables de los daños y el robo. Magdalena Zumarán, dijo que es probable que haya testigos de quienes se llevaron esa gran cantidad de frazadas (más de 100), además de sábanas, toallas y los alimentos, aunque por el momento no hay novedades.

En cuanto al cuidador agredido, sufrió un golpe en la cabeza y un corte en una mano, por lo cual incluso hasta este miércoles continuaba realizándose algunos estudios ya que aún tenía un fuerte dolor de cabeza. Al igual que el robo, este hecho fue debidamente denunciado.

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