*) Cr. Ricardo Puglia Saavedra

En 2005 cuando Vázquez asumió la presidencia, incorporó en los directorios de las empresas públicas a sus socios del PIT-CNT. Buscó una mayor cohesión de fuerzas a los que apoyaron las propuestas programáticas e ideológicas de la unión de facciones denominada Frente Amplio (FA).

Desde entonces, algunos hombres del FA y sindicalistas metieron la mano en la lata. Pocos fueron juzgados y castigados. Desde aquella famosa valija que recorrió la Argentina y Uruguay venida de Venezuela, el remate en que se adjudicaran los aviones de la ex Pluna al señor de la derecha, los salvatajes de empresas quebradas como Metzen & Sena, la propia Pluna, la perdiciosa agroindustria procesadora de caña de azúcar (ALUR), las empresas de propiedad de la CND que muy sueltas de cuerpo no están debidamente controladas por el Tribunal de Cuentas, las licitaciones públicas sin fundamentos otorgadas a empresas con escasa responsabilidad patrimonial como el caso de la Constructora OAS S.A. (-regasificadora- vinculada al proceso lava-jato), el FONDES y otras tantas, hacen pensar no sólo en una mala gestión, sino algo peor.

¿Cuántas de estas decisiones o procesos que parecen bien intencionados pero muy desprolijamente ejecutados no fueron verdaderos actos delictivos?. La experiencia internacional demuestra que los funcionarios públicos y políticos en cargos ejecutivos se corrompen frente a las organizaciones dedicadas al narcotráfico y a las empresas que a través de jugosas coimas procuran favorecerse de contratos con el Estado.

Un ejemplo cercano lo tenemos en Brasil. La investigación de la Policía Federal en el llamado proceso lava-jato ha demostrado una verdadera organización delictiva que abarca las presidencias de Luiz Inácio da Silva y Dilma Rousseff. La Operación Lava Jato, julio de 2013, donde la Policía Federal de Curitiba descubrió una red de lavado de dinero que operaba desde Brasilia y São Paulo.

Ya están encarceladas 13 de las 21 personas detenidas, entre los 200 denunciados. Hay jerarcas de empresas contratistas que se repartieron los contratos de obras de Petrobras. Se licitaban sus grandes obras a empresas constructoras y de ingeniería brasileñas, en aplicación de la política “Compre Nacional” aplicada por la presidenta Dilma Rousseff cuando fue ministra de Energía. Se desvió en sobornos un porcentaje cercano al 3% para empresarios y políticos.

La Fiscalía de Brasil estima que entre 2004 y 2012, cerca de 8,000 millones de dólares fueron lavados por esta red criminal, en el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil.

El dinero de los sobornos iba para el partido de gobierno, Partido de los Trabajadores (PT), y sus aliados. Parte de ese dinero fue usado para financiar campañas electorales, el resto iba a parar a las cuentas personales de los involucrados. Algunas de las compañías que contrataron con el Estado fueron Odebrecht, Camargo Correia, Constructora OAS, Andrade Gutierrez, entre otras.

Lula se declaró el “alma más honesta de Brasil” considerándose un ciudadano intocable y trata a la oposición de intrigadora y de saboteadora. Existen claras evidencias que la ex guerrillera D. Rousseff incurrió en crímenes de responsabilidad (entre ellas su interferencia en el proceso lava-jato) que deben llevarla a su cese en la presidencia. Ya perdió las condiciones de dirigir el Brasil y garantir en el poder al PT.

América Latina, incluido el Uruguay, no escapan a esta pandemia que se ha enquistado en las instituciones del Estado. Por algo, el conjunto de facciones (FA) se oponen en el parlamento a la formación de comisiones investigadoras, protegiendo a sus fieles en la más absoluta impunidad y si alguien se atreve a denunciar presuntos delitos se lo tilda de antidemocrático y desestabilizador.

Hoy, estas facciones han adoptado el culto “en modo de negación” y adjetivan las denuncias sin entrar siquiera a verificar y explicar a la población que no son reales con argumentos confiables.

Considero que los ciudadanos (votantes de las facciones, colorados, blancos, independentistas y otros) debemos formar una agencia en el ámbito privado capaz de recibir denuncias, pruebas, e investigar presuntos delitos de corrupción, sean públicos o privados, para que una vez valorado cada caso sea entregado a la justicia para su debido proceso. La misma podría adoptar el nombre de Agencia Nacional Anticorrupción (ANA).

*) Especialista en inversión bancaria y asesoramiento empresarial, egresado en 1980 de la Universidad de la República Oriental del Uruguay “Contador Público y Licenciado en Administración”. Ex vicepresidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo. Ha desarrollado una proficua e intensa actividad en la banca nacional e internacional, destacando las áreas de inversiones, reestructuración de deuda, banca corporativa, banca minorista, proyectos de inversión, ingeniería financiera y comercio internacional.

En 1990/1991 ocupó la gerencia comercial de Credit Lyonnais Uruguay y participó en la renegociación de la deuda externa uruguaya en estrecho contacto con el Ministerio de Economía y Citibank N.A.; de 1992 a 1996 estivo a cargo de la gerencia comercial de Banco Exterior Uruguay (hoy BBVAArgentaria).

Desde el año 2006 desarrolló servicios profesionales independientes en Consultoría  y Finanzas Corporativas en varias empresas.

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