*) Psic. Manuel Froilán Zavala Ayala

En la sociedad posmoderna, las personas están ávidas tanto de la individualidad como de la diferencia, de la tranquilidad como de la realización personal; se afinca en el presente, e indiferente al pasado, disuelve la fe en el futuro y en el progreso. Lo que importa es vivir aquí y ahora, conservarse joven sin esperar un hombre nuevo. Hay un desencantamiento en la monotonía de lo nuevo.

Muerto el optimismo, se instala la apatía que no cede ni ante el ídolo ni ante el tabú. La apatía es vacío ante la abundancia. Parece darse una ampliación de la persona: no hacia un personalismo responsable socialmente como lo imaginara Emanuel Mounier sino hacia un individualismo light que proclama su derecho a realizarse según su proyecto de vida a la carta.

La forma de vida se desestabiliza y se hace tolerante, se centra en la realización personal de uno mismo, no importando tanto triunfar en la vida cuanto realizarse continuamente, consciente de la precariedad de la existencia.

En la posmodernidad -o hipermodernidad, como a veces la llama Lipovetsky- lo social está presente pero no está en primer plano en el interés de las personas, sino ideológicamente ubicado como un telón de fondo. El individualismo se impone no como una reclusión del individuo en sí mismo; sino como una inclusión osmótica en lo social, asumido con indiferencia.

Los individuos se hacen cada vez más atentos a sí mismos, aún sin convicciones. Si bien el posmoderno no se halla totalmente despolitizado, ni con independencia soberana de lo social, estos y otros intereses son menores.

Personalizar es psicologizarlo todo. Las relaciones de amor se vuelven frágiles y fugitivas. Los sentimientos son mutables y las personas no evolucionan de manera sincrónica. Se pasa más velozmente de la euforia al aburrimiento o desánimo, incomprensión o irritación.

Las decepciones tienen como indicadores mayor número de separaciones, divorcios, conflictos por la custodia de los hijos, falta de comunicación íntima. Los seres humanos son incompletos y necesitan de otros para realizarse; pero si la felicidad depende de otros, entonces estamos condenados a una felicidad frágil: el otro se nos escapa y se entra en la renovación perpetua del consumo, que no se vive con placer sino como fracaso.

La identidad light posmoderna significa poder hacer ya lo que se desea.

Hay una plusvalía de la palabra y una minusvalía de la responsabilidad ante ella. Por ello, no interesa mucho lo que se dice, sino que se pueda decir. El interesado es el emisor y se convierte también en el principal receptor. Se da una indiferencia por el contenido. El narcisismo se convierte en expresión gratuita y vacía de interés para el gran público. Éste solo reclama el derecho de las personas a hablar en una era del vacío.

 

*) Licenciado en Psicología, especialidad Clínica (con Habilitación Profesional del MSP). Miembro Honorario en el Área de Negociación Antisecuestro (gerenciamiento de crisis) del Grupo Halcón de la Policía Argentina

Especializaciones en Suicidología: Red Mundial de Suicidiólogos (Representante Nacional hasta el año 2.008); Red Iberoamericana de Suicidiólogos (Argentina).

Miembro de la Asociación Argentina de Salud Mental (AASM), desde el 10 de agosto de 2016.

Ex - Miembro de la Sociedad Mexicana de Tanatología.

Libros publicados: “Suicidio Infanto-Juvenil” - Cómo reconocer las Señales de Advertencia (Editorial Arandura. Año 2006); “El Suicidio - Un grito silente (Imprenta Tradinco. Año 2017). Disertante en múltiples eventos en varios países.

*) Prof. José Luis Corbo

“Donde existe la propiedad privada de los medios de producción y su secuela -la explotación del hombre por el hombre- no hay libertad para los trabajadores porque la libertad para el pueblo carece de una base objetiva real. En tales condiciones, la libertad tiene para el pueblo una importancia solamente formal, pues no puede gozar de ella.” (Yajot. O. 1968)

En la medida en que las relaciones sociales se suceden y esa base objetiva parece inmutable, renacen las formas de entender la libertad. Simplistas, banales, reduccionistas, injustas e inexplicables formas de pensamiento que de alguna forma u otra mezclan e intentan armonizar lo inconciliable en base a posiciones dudosamente funcionales a dichas relaciones.

Tal vez la más básica de ellas es la que alinea libertad y democracia. Parece ser que el simple hecho de poder votar, sumado a la instalación de los tres poderes, garantiza de alguna manera la libertad de los sujetos. Es decir que una cierta forma de pensamiento, una suerte de conciencia que, como decía Fromm, no es más que la simple reproducción de una conciencia social que es, a su vez, el producto de aquella base objetiva real, de la estructura, parecería ser el reflejo de la libertad.

No hay forma de sostener que democracia y libertad vayan de la mano. Simplemente porque la ideología es un producto de la estructura, de la base objetiva, y no es más que su reflejo en el mundo de las ideas. En las formas actuales del capitalismo, el trabajador votante jamás ejerce libremente su derecho al voto porque vota desde el sometimiento a una doctrina ideológica que es el producto de una situación de dependencia en función del lugar que ocupe en la lucha de clases y, por tanto, en sus relaciones de trabajo.

Un segundo enfoque es aquel que alinea libertad y anarquía. La libertad como expresión del hacer libremente y sin ningún tipo de condicionamiento. De esta forma, solamente soy un reflejo de mis actos jamás pensados pero que responden a una suerte de sentido común, que se siente libre pero que no es más que un sentido común normalizado, un producto también de la base real objetiva.

En este segundo grupo encontramos a los que se dicen libres de conciencia y expresan esa libertad mediante estados de contrahegemonía, en base a un mal

comprendido pensamiento crítico que, lejos de ser crítico, no es más que un fantoche inútil de algún tipo de expresión criticona. Este tipo de pensamiento de alguna manera sostiene, implícitamente, que puede existir algún tipo de libertad que no responda a las leyes naturales de los sistemas sociales y es, naturalmente, y desde una perspectiva materialista, tan improbable como sería intentar vencer las leyes de la naturaleza.

De alguna manera el liberalismo para la producción es una suerte de anarquía, ya que asume que la libertad de los mercados, de algún modo, va a encontrar una forma de autorregulación que sea justa para todos y que deje definitivamente de lado el sometimiento de los de abajo en manos de los poderosos.

Para el caso, la libertad de acción para algunos no es más que los pesares para otros.  Pero existe una tercer opción para pensar la libertad. En el entendido de la necesidad de respetar las leyes que regulan las relaciones sociales y de que todos los fenómenos reales son el efecto de determinadas causas que ameritan la deconstrucción del objeto de análisis, y que ese efecto será a su vez causa de aquello que real y objetivamente ocurre, la libertad de los sujetos se configura desde una educación necesariamente política que construye desde su eje transversal las formas para entender esa realidad objetiva.  No hay forma de pensar la educación más allá de la política.

Tampoco de resumir la educación a la expresión del sujeto como manifestación de libertad porque el sujeto no existe en solitario y toda expresión de libertad debe contener en si misma una forma implícita de disciplina social. La educación deberá construir las formas de esa disciplina social, de aquello a lo que voluntariamente decido someterme para ser parte de un proyecto que es de todos y para todos.

No hay forma de pensar la libertad más allá de las relaciones sociales, de una estructura política que, ubicando al hombre en el centro, se preocupe por la comprensión general de la base objetiva y que esa comprensión habilite a la construcción de una conciencia colectiva que se aleje, definitivamente, de aquella conciencia funcional a la clase dominante.  Más allá de eso, pensar en estas formas de educación emancipadora implica construir sujetos para destruir lo que a priori parece indestructible: la injusticia sostenida mediante relaciones de poder que se estructuran desde la restricción implícita de la libertad de los trabajadores.

 

*) Licenciado en Educación Física (ISEF Udelar). Entrenador de fútbol (ISEF-Udelar). Actualmente cursando la Maestría en Didáctica de la Educación Superior (Centro Latinoamericano de Economía Humana).

Director coordinador de Educación Física, del Consejo de Educación Inicial y Primaria/Administración Nacional de Educación Pública. Maldonado-Uruguay.

(ANEP/CEIP). Integrante de la línea “Políticas Educativas y Formación Docente.

Educación Física y Prácticas Educativas”, adscripta al grupo de investigación sobre La Educación Física y su Enseñanza.

*) Alberto Fernando Prandi De Césare

Durante más de 40 años, la propuesta de “Sol y Playa” en prácticamente toda la costa uruguaya, pero particularmente en Punta del Este, estuvo marcada por la presencia esencialmente, de turistas provenientes de Argentina. Del mismo modo, el 90% de las inversiones inmobiliarias fueron realizadas por desarrolladores e inversores provenientes de ese país, logrando un sostenido crecimiento del balneario hasta colocarlo entre los destinos más reconocidos a nivel internacional, lo que se mantiene hasta el día de la fecha.

En ese período la presencia de un turismo masivo y de alta fidelidad con poder adquisitivo alto y muy alto de nuestros vecinos del otro lado del Río, se iba complementando con las inversiones referidas que respetaban las reglas de la oferta y la demanda, dándole gradualidad a los cambios que todo crecimiento implica, más allá de ser cuestionados por quienes sosteníamos la necesidad de un crecimiento horizontal por lo vasto del territorio y no de alturas de entre 12 y 17 pisos, que eran consideradas entonces desmesuradas para este destino.

Fue así que hasta la finalización del siglo XX, salvo períodos puntuales de crisis regionales, la actividad turística era exitosa en Punta del Este por el gasto y el período de estadía de nuestros visitantes argentinos. El consumo de estos turistas era muy alto, había una fuerte presencia de una clase media robusta y los períodos vacacionales eran de entre 45 y 90 días.

Muchísimas familias cruzaban a Uruguay para vacacionar desde el 15 de diciembre al 15 de marzo. Esta situación hacía posible que la actividad fuera rentable para la inmensa mayoría de los empresarios y trabajadores, que independientemente de la “zafralidad” de la misma, les permitía a algunos comercios permanecer abiertos sin beneficio alguno en los meses siguientes, para brindar servicio a los pocos visitantes que venían durante el invierno, al tiempo que otros cerraban hasta la siguiente temporada.

Los empresarios tenían entonces una excelente rentabilidad y lo más importante, los trabajadores podían vivir todo el año con lo producido durante el verano. La actividad turística garantizaba, nada menor, una adecuada distribución de la riqueza generada, entre toda la población de no más de entre 60.000 a 70.000 personas que vivían en forma permanente en la zona en esos años.

Pero con el inicio del siglo XXI, todo cambió y allí comenzaron los problemas del sector, la tendencia de permanecer largos períodos se fue sustituyendo por otros más cortos, primero un mes, luego 15 días hasta llegar a la actualidad con un promedio de entre 4 y 6 días según las condiciones cambiarias.

La clase media de ambos lados del Plata vio seriamente disminuidos sus ingresos, muchos dejaron de venir, otros lo hicieron por pocos días pero aun los que permanecían por más tiempo, redujeron drásticamente el gasto al que estábamos acostumbrados. Cómo si todo esto fuera poco, se agregó una nueva tendencia, de utilizar los últimos días de diciembre y la primera quincena de enero en desmedro de la segunda y del mes de febrero que pasó a ser absolutamente secundario, casi comparable con diciembre o marzo.

Como consecuencia de todo lo anterior, se perdió rentabilidad, nadie o muy pocos pueden obtener resultados positivos en un período tan corto. Cayó el empleo, los contratos de temporada fueron recortados a esa primera quincena y no hubo capacidad de respuesta de ningún tipo, para intentar generar alternativas; muchos prefirieron ignorar la realidad, colocarse una venda en los ojos aunque tenían la responsabilidad histórica de enfrentar estos nuevos desafíos y revertir sus consecuencias.

La única “propuesta” fue modificar las ordenanzas de construcción u otorgar excepciones a las mismas, permitiendo más y más altura. Así se fue creando “una sobredosis de hormigón” en el balneario que le quitó buena parte de su belleza, afectando el ecosistema de Punta del Este, dañando el equilibrio de sus dunas, sus parques y sus bosques y así ha seguido ocurriendo hasta la fecha, pensando que así se iban a solucionar todos los problemas.

No fue así. Perdimos miles de turistas de alto poder adquisitivo que no quisieron seguir viniendo a un destino que les ofrecía torres por doquier o sea más de lo mismo que tienen en sus ciudades de origen y lo que es peor pagamos ese alto precio pero no resolvimos ni por asomo el problema laboral de nuestra gente ya que si no hay actividad turística e inversiones inmobiliarias reales, no hay industria de la construcción ya que ésta depende del turismo.

La prueba es que hoy en Maldonado existen los niveles más bajos de la construcción en décadas; está claro que no valió la pena “dañar” los recursos naturales de un lugar como éste en tanto no son infinitos y que debieron y deben preservarse siempre. Este panorama está lejos de revertirse por la enorme sobre oferta que se generó en los últimos quince años por los beneficios que obtenían los inversores pero sin responder a una demanda concreta.

Por otro lado, la población estable se cuadriplicó, por familias provenientes de todo el país que pensaron que podían mejorar su calidad de vida en este lugar y cómo eso no ocurrió, pasamos a tener decenas de asentamientos, dónde muchos compatriotas viven en condiciones de una precariedad que duele y mucho, pero lo que es peor, seguirá creciendo, creando enormes problemas sociales y de seguridad.

Hoy no hay una distribución real de la riqueza que genera el turismo, sólo los hoteles y la gastronomía de alta gama, así como las propuestas de altísimo nivel tienen ingresos acordes, riqueza para unos pocos, miseria o penurias económicas para la inmensa mayoría, la clase media, las Pymes, la estructura del país, la que sostiene el desequilibrio, está desmoralizada y atraviesa su peor momento en mucho tiempo.

Así llegamos a esta temporada que mostró, cómo era previsible, niveles de ocupación, estadía y gasto extremadamente bajos, previéndose una caída mayor al finalizar la misma; pero tampoco fueron buenas las anteriores, aunque se diga lo contrario, los mismos números oficiales demuestran que en el 2018, temporada récord para los expertos, el gasto y los días de estadía promedio siguieron bajando como ha venido ocurriendo en los últimos años.

Entonces llegó el momento de detenernos a pensar. Ya no hay rentabilidad y por ende no hay trabajo para buena parte de la población porque tampoco se generaron industrias u otras actividades alternativas a la temporada de verano. No podemos, no debemos, seguir mirando para otro lado y empezar de nuevo con la noria de que va a pasar en la próxima temporada.

Lo adelanto, más de lo mismo o peor, a menos que reaccionemos y diseñemos un modelo nuevo, entender que la enorme recaudación que aún en estas condiciones genera el Turismo, no pueden servir únicamente al gobierno de turno que recauda siempre, que los actores del Turismo, empresarios y trabajadores debemos exigir políticas de turismo serias, planificadas, elaboradas por expertos que empiecen por reconocer nuestra realidad y al mismo tiempo, aliviar la carga fiscal para que no sigan cerrando empresas, para que no siga aumentando el desempleo, para que la quimera de romper la estacionalidad sea una realidad que permita obtener una rentabilidad digna. Empecemos ya, empecemos hoy antes que sea demasiado tarde.

*) Operador inmobiliario de Punta del Este y La Paloma desde 1978.

Presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Punta del Este (Adipe), por dos períodos consecutivos 2001-2003 y 2003- 2005.

Subsecretario de Turismo y Deporte a partir del 2005 integrando el gabinete del primer gobierno progresista en la historia del Uruguay.

Presidente de Rotary de Punta del Este en el período 2002-2003.

Presidente y socio fundador de la Asociación de Empleados de Inmobiliarias (Aedi) por el período 2003-2005.

*) La FAO 

La convocatoria Saberes y Sabores, cuyo objetivo fue destacar el rol clave de estas mujeres en la promoción de una alimentación saludable, es parte de la campaña regional por la autonomía plena de las mujeres rurales e indígenas de América Latina y el Caribe #MujeresRurales, mujeres con derechos, liderada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes son depositarias de saberes ancestrales de gran importancia para la protección de la biodiversidad agrícola, los que se expresan en recetas tradicionales, saludables y en emprendimientos rurales.

Estos saberes y conocimientos son de gran utilidad para hacer frente a los profundos cambios que han sufrido los sistemas alimentarios de la región en las últimas décadas.

La iniciativa contó además con la participación de la Reunión Especializada sobre Agricultura Familiar del Mercosur, de ONU Mujeres; del Consejo Agropecuario Centroamericano; de la Secretaría de Agricultura Familiar de Brasil y del Ministerio de Ganadería y Agricultura de Uruguay.

A través del Blog Saberes y Sabores, el concurso recibió 171 postulaciones de recetas que promueven la alimentación tradicional y saludable. También, participaron iniciativas de emprendimiento rural que fomentan la protección de la biodiversidad agrícola en los países de América Latina y el Caribe.

Las ganadoras de cada categoría del concurso serán premiadas en el III Coloquio Internacional de Feminismo e Agroecología, que se llevará a cabo en abril en Pernambuco, Brasil. Ambas experiencias serán difundidas por la FAO en los países de la región.

 

*) La FAO es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y es la agencia especializada que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre. Su objetivo es lograr la seguridad alimentaria para todos y al mismo tiempo garantizar el acceso regular a alimentos suficientes y de buena calidad para llevar una vida activa y sana.

Con más de 194 Estados miembros, la FAO trabaja en más de 130 países. Todos podemos desempeñar un papel importante en la erradicación del hambre y la malnutrición.

En Uruguay, nos enfocamos en apoyar el cumplimiento del Derecho a la Alimentación Adecuada; avanzar hacia un sistema alimentario sostenible; acompañar la intensificación de la producción agropecuaria, reduciendo la brecha entre sectores urbano y rural y preservando los recursos naturales.

Por más información: http://www.fao.org/uruguay

*) Prof. José Luis Corbo

“La sociedad burguesa no se basa en la cooperación consciente con miras a la existencia y la felicidad de sus miembros. Su principio vital es otro. Cada uno se empeña en trabajar por sí mismo, y está obligado a pensar en su propia conservación. No existe un plan que determine cómo ha de satisfacerse la necesidad general” (Max Horkheimer, 18951973)

Parece ser que el mundo funciona en base a una lógica subyacente, invisible, que orienta a los sujetos para la búsqueda de un ideal de éxito que no es otro que el impuesto por las formas que propone la cultura dominante. Parece estar claro también, que la única forma de pensar en sujetos exitosos en la sociedad actual es aquella que se asocia a la acumulación de cierto capital económico significado en la posibilidad de consumir más que los otros, que los que no acceden a esas formas del éxito: gasto porque tengo y tengo porque soy exitoso.

Si bien ese análisis es muy básico, y podríamos acordar que hay otras formas de entender el éxito, también acordaremos que, casi sin percibirlo, en la mayoría de nuestras prácticas somos dominados subliminalmente por aquella asociación inicial. Simplemente porque está claro que así funciona la sociedad ahora, y en la carrera por salvarnos mientras el resto se hunde, el dinero siempre funciona como la zanahoria.

Es triste pero real que los sujetos se describen mucho más por lo que tienen que por lo que son. Sabemos más cuantos millones tiene Bill Gates que lo que hace en sus ratos libres. Lo que no parece estar muy claro, es el por qué no seguimos a la figura del empresario exitoso, sino que aludimos de forma permanente y de modo reiterado al uso perverso de esa idea. Lo hacemos en la calle, lo hacemos en las charlas informales, y muchas veces lo hacemos con nuestros alumnos en las aulas. Simplemente porque no analizamos el texto oculto de nuestro mensaje.

En las escuelas, el abandono de la pedagogía crítica frente a una supuesta “pedagogía del disfrute”, en ejemplos como los de Ken Robinson, terminan dando por tierra la necesidad de situar a los sujetos en su contexto socio político para construir los objetos de conocimiento. Parece ser que si lo que aprendo lo disfruto, no hay necesidad de entender el mundo.

¿Cuál es el lugar de la criticidad en esa lógica del disfrute? ¿Alcanza con disfrutar lo que hago, o necesito realmente analizar política e ideológicamente el porqué de ese disfrute o el porqué de las formas que, imperceptiblemente, me habilitan a disfrutar de eso y no de otras cosas? ¿Es realmente el disfrute una virtud del talento para el hacer o es el producto de un condicionamiento de la “industria cultural”?.

Más allá de lo que significa el disfrutar lo que aprendo, y en su vínculo con la idea inicial, lo preocupante es que la mayoría de los ejemplos que nos muestran en las charlas TED -entre otros productos de esa industria cultural- cierran su análisis con la alarmante idea de que ellos, los ejemplos de los ejemplos, son el modelo del éxito a perseguir, porque hoy su fortuna asciende a una importante cantidad de dinero y los hablita en relación con la posibilidad de participar de las formas del consumo que en otro momento les fueron negadas.

Nos bombardean con testimonios de empresarios exitosos convertidos en frases de autoayuda, y promocionan libros de fácil lectura que nos enseñan a ganar dinero… y todos ellos parecen responder a la misma idea: si me salvo yo, poco me importa el resto. La idea de dominación, histórica desde los comienzos del mundo, se esconde también subliminalmente, sobre la naturaleza y sobre el resto de los sujetos.

Y el que domina la base de la estructura, las relaciones de producción, gozará de los privilegios por sobre los desprovistos. El exitoso cambia su lugar rápidamente y su visión del mundo cambia. Su discurso gira dialécticamente, aunque su desarrollo ideológico no lo acompaña, porque sabido es que la superestructura cambia más lento. Es decir, las relaciones de trabajo cambian, pero la ideología permanece y, por tanto, condiciona las relaciones.

Es importante comprender que nuestras prácticas reproducen o liberan, pero difícilmente puedan hacer ambas cosas a la vez. Si creemos en la necesidad de cambiar, debemos deshacernos de la reproducción impensada, del hacer automático y de las modas pedagógicas porque ellas, esas modas, también responden a un mecanismo preelaborado de la industria de la manipulación.

Entendamos de una vez por todas que el dinero no puede ser el fin en sí mismo ni el trabajo la cosa en sí. Enseñemos a nuestros niños a descubrir fines y medios, aunque eso signifique despojarnos de historias que dicen otra cosa y de historias que, si bien cambian sus formas, siempre responden a los mismos intereses.

*) Licenciado en Educación Física (ISEF Udelar). Entrenador de fútbol (ISEF-Udelar). Actualmente cursando la Maestría en Didáctica de la Educación Superior (Centro Latinoamericano de Economía Humana).

Director coordinador de Educación Física, del Consejo de Educación Inicial y Primaria/Administración Nacional de Educación Pública. Maldonado-Uruguay.

(ANEP/CEIP). Integrante de la línea “Políticas Educativas y Formación Docente.

Educación Física y Prácticas Educativas”, adscripta al grupo de investigación sobre La Educación Física y su Enseñanza.

*) Lic. en Psicología Adriana Savio Corvino

En nuestro país, la justicia penal ordena que en casos como el del matador de Marcelo Roldán -Alias “El Pelado”- el mismo sea periciado por el Instituto Técnico forense o en su defecto, como se determinó para dicho caso, sea derivado a estudio en el Hospital Vilardebó.

Recordamos, como lo analizado en la columna pasada, que el matador de Marcelo Roldán fue procesado por homicidio y vilipendio, ofensa post mortem de la víctima, con agravamiento por actos canibalicos y posteriormente, como si esto fuera poco, debió ser vuelto a derivar al hospital Vilardebó donde se lo internó por unas horas, a razón de la comisión de un acto de Auto-Sarcofagia (auto canibalismo), ya que el Sr. Víctor Hugo Pereyra Da Silva, había desmembrado un dedo de su mano y la había comenzado a comer entre dos panes.

Es importante mencionar que este tipo de caso; con un atentado de estas características canibálicas y feroces hacia la víctima; así como lo agregado no menor, de comisión de autosarcofagia, ha sido único hasta la actualidad en la genealogía criminal de nuestro país. Desde el punto de vista clínico-dinámico hay un sinfín de factores en juego dentro de una mente de tal complejidad como la del matador en cuestión.

Sin embargo, lo que sí queda claro, es que como sistema de salud mental e intervención criminal estamos necesitando encarecidamente la especialización de recursos tanto técnicos, como a nivel del funcionariado de los centros de salud para intervenir y acompasar este tipo de mentes; que por más que aparenten originalidad macabra entre muchas, actualmente se están comenzando a replicar cada día, con más asiduidad.

El qué hacer acerca de la intervención del matador de Marcelo Roldán, puso en jaque un sinfín de engranajes que han conmocionado tanto los ámbitos de la salud mental en sus aspectos más técnicos y doctos de la teoría y la clínica práctica, como a todos los equipos de abordajes humanos y reales que se hallan en contacto con este tipo de poblaciones y que cuando toman contacto con situaciones de este caris, expresan la necesidad de concientizar acerca de la urgencia de especialización de recursos e instalaciones tanto desde lo logístico como desde la infraestructura sanitaria.

Este aspecto no es por capricho ni por necesidad ideológica, sino fundamentalmente para darle seguridad a la sociedad civil, apoyatura acorde al poder judicial en su sanción judicial y cobertura digna y humana a los equipos de intervención sanitaria en cuestión, que son los primeros y los últimos en tomar contacto con este tipo de producción social, llamada “preso especial”, que también tiene derechos al igual que todos, incluyendo a  los enfermeros, médicos, psicólogos, psiquiatras y ciudadanos en su totalidad que vivimos en este país.

Hace mucho tiempo uno de mis grandes mentores de la psiquiatría clínica grado cinco de la Facultad de Psicología Udelar me dijo apenado: “…en esta sociedad a los presos y a los ´locos´…nadie los quiere…nadie quiere trabajar realmente con ellos…”.

Y creo que sin ánimo de centrarnos en el derrotismo que la mayoría de las veces nos define socialmente, y más cuando de intervenir en estos planos de tal delicadeza se trata; hay que reconocer que en la actualidad estamos asistiendo a un problema de ADMINISTRACION de los RECURSOS SANITARIOS que falla en función de malas conceptualizaciones o poco agiornadas en lo clínico y en este caso, lo clínico vinculado especialmente a lo judicial-criminal.

La causa criminal se actualiza a la par del avance de la historia. A medida que la humanidad avanza, lamentablemente la causa criminal también lo hace y complejizándose en sí misma con una mayor sofisticación que deja atrás a los métodos con los que se periciaba en una antigüedad a la mente del “mal”. Por eso, eso de la “Justicia nunca duerme” aplica al Crimen, que tampoco lo hace.

Michael Focault ya hablará de BIOETICA refiriéndose a la importancia de Administrar los Recursos Sanitarios y los acentos hechos sobre la salud social, cosa que, si se halla ecuánimemente orientada, podría referenciarse a una sociedad que goza de una asertiva BIO-ADMINSITRACIÓN de la salud de sus ciudadanos; cosa que los dignifica en derechos humanos y les ofrece seguridad ciudadana al mismo tiempo como un resultado óptimo esperable.

El concepto clave se centra en que, no solamente por razones únicamente económicas y administrativas -que pueden ser muy discutidas en función de sobre qué tipos de intereses se forjan- se puede tallar o definir una Ley Ordenadora de la Salud y mucho menos de la Salud mental de una país; pues si no hay equilibrio bioético ante la calidad con la que se trata la salud de los usuarios, es un acto que podría estar atentando frontalmente contra: la integralidad psico-física, social, cultural y finalmente son socavando la dignidad de la existencia humana; arremetiendo así, contra los derechos más fundamentales y por ende derechos humanos, como el de ser sujetos libres en capacidad de integrar y participar socialmente y el de ser felices por lo que somos humanamente.

Actualmente el 59% de la población del Hospital Vilardebó son paciente judicializados; esto ha colmado en el caso de esta institución, las plazas y ha dejado menos espacio habilitado para pacientes con otras causales. Actualmente lo que está sucediendo a nivel sanitario, es no únicamente un cambio en la cantidad de población derivada a internación, sino en la calidad de la misma.

Si bien la nueva Ley de Salud Mental Nº 19.529, sancionada el 16 de julio de 2018, no hace referencia a “pacientes judiciales”, es una realidad contundente actual, que a la población esperable se le suma la calificada como “judicial” siendo pacientes con cuadros adictivos de internación compulsiva (psicosis adictivas) y diversos diagnósticos que deben interpretarse según la causa; tratándose la mayoría de cuadros que, desafían al personal en cuanto a seguridad dentro de las instalaciones como en recursos técnicos supra especializados y de materiales para intervenir debidamente en nombre del bien de la institución, el cuerpo funcional y el propio paciente “especial”.

Desde la bioética y la administración social más crítica, no debemos olvidar que tanto las instituciones carcelarias como las instituciones de salud mental son en ambos casos, centros de reclusión y de encierro. Como tal, son optimizables en y dentro de su esencia misma, sin requerir la eliminación o desaparición de los mismos.

La desmanicomialización puede ser generada desde y a partir del interior de la propia institución sin necesidad de destruirla ni eliminarla como centro de reclusión, de sanidad y de rehabilitación validado socialmente en función del producto que genere.

En pocas palabras, mejorar los recursos con los que contamos y no derribar todo lo que tenemos hasta el momento sería un poco la idea central del tema. Al hospital Vilardebó, siendo el mismo el que se toma como referencia de judicializados; podría ser importante adjudicarle un área o unidad de pacientes por causales judicializadas, con especial seguridad y formación adecuada de personal adjudicado.

Las Casas de Medio Camino, como se expone en la nueva ley, siendo señaladas como la institución “salvadora” en cuanto a la derivación a las mismas con el fin de Descongestionar, claramente no cuentan al día de hoy, con un equipo humano ni tampoco de infraestructura necesaria para contener pacientes judicializados.

Pensemos principalmente en el tema SEGURIDAD. Los pacientes con causales judiciales, en la mayoría de los casos, clínicamente presentan en términos generales, estructuras de base con trastornos de personalidad, donde la manipulación, mentira y captación de “complementarios” como lo son por excelencia otros pacientes psicóticos o con cuadros más cronificados, pueden significar factores claros de amenaza, que ponen en riesgo a todos, incluyendo al paciente judicializado.

Es más que clara la necesidad de un Hospital Psiquiátrico Penitenciario, tanto autónomo del histórico Vilardebó como incluso, a modo de una unidad especializada dentro del mismo predio.

Esta separación por complejidad de los cuadros psiquiátricos y los trastornos de personalidad presentes en las fojas judiciales, es VITAL y URGENTE. Así como también debemos comprender, que se desprende naturalmente de una concientización acerca de la diferenciación que debe hacerse entre pacientes cronificados, agudos y pacientes judicializados con claros trastornos de la personalidad -a pesar de que sean alternados por PDA o irrupciones psicóticas “Tormentas psicopáticas”- entre otros.

En referencia a esto último, se trata el caso del matador de Roldán, el cual, independientemente de constatársele ataques de ansiedad aguda -que en parte lo llevaron a comerse parte de su propio cuerpo-, y desordenes más del tipo psicótico agudo e incluso posiblemente delirante de a momentos, no deja de ser de base un psicopático de elevado nivel de complejidad mental integrando conductas altamente peligrosas de homicidio re editativo y compulsivo, desempatizado brutalmente; y con un claro control manipulatorio de la realidad en la que se encuentra y se encuentra todo su entorno, demostrando sadismo y altos niveles de cinismo claramente presentes en el tipo de escenas ocasionadas.

Pensar a este recluso como “un paciente psicótico más” no solo está demostrando carencia de especialización del conocimiento psicopatológico diferencial criminal y forense a la hora de evaluar al recluso, sino una fusión que obliga a errar nuevamente con los métodos que se elegirán a futuro para administrar bioéticamente este tipo de poblaciones judicializadas dentro de las Instituciones Sanitarias Mentales; y con qué y cuáles recursos se creerá que se podrán canalizar correspondientemente a lo que padecen y al peligro que pueden significar para la población intra y extramuros institución.

Por otra parte, el Mec. Nac. de prevención de la Tortura (MNP) de INDDHH el 5 de junio del año pasado, alarmó sobre la sobrepoblación del Vilardebó y el hacinamiento en pacientes judicializados específicamente. El 40% del 59% que se hallan institucionalizados por causales de estas características, no deben continuar en su permanencia, pero en la mayoría de los casos son demorados por la falta de celeridad del sistema judicial con relación a los egresos. Reciben el alta médica, pero no es a la par de la refrenda de la justicia que habilita fehacientemente el egreso.

Finalmente dejar en claro que la Desmanicomialización debería ser pensada como objetivo que argumente justamente, la necesidad imperiosa de especialización en la intervención de los equipos clínicos sanitarios, desde el enfermero, hasta el director del Centro; pero también buscando un mayor compromiso REAL, con la responsabilidad sanitaria y civil.

Los pacientes psiquiátricos y los presos son una producción social y comunitaria de TODOS como sociedad; si les damos vuelta la cara, lo estamos haciendo con nosotros mismos y con nuestros herederos sociales. La economía del mundo podrá seguir girando y avanzando a sus anchas, pero hay cosas como los derechos humanos, la dignidad y la salud de una población que no pueden ser etiquetadas con un costo; y mucho menos cuando esos actos dejan de a pie a las áreas más vulnerables y de privadas de una sociedad.

*) Especialista en Psicología Forense y Psicología Criminológica – Perú. Maestrado en Derechos de la Infancia, Adolescencia y Políticas Públicas -  UdelaR. Promotora DDHH Mec. Directora del Instituto de Psicología Forense del Uruguay (I.C.P.F.U.).

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*) Mauro Mendiburu Benedetto

El 27 de julio de 2016, en MaldonadoNoticias.com, escribíamos un artículo con el título: “La economía argentina. El Péndulo de Diamand”, haciendo referencia al artículo del periodista Ernesto Tenembaum publicado en El Cronista, llamado “Carta urgente para Macri”.

En el subrayábamos el trabajo del Ing. Marcelo Diamand de 1983, “El Péndulo. Hasta cuándo?”, en el que relataba los procesos históricos de la economía argentina, pasando desde gobiernos populares hacia los conservadores, una y otra vez, describiendo el proceso económico de cada uno de ellos.

Luego de asombrarnos con la exactitud de las predicciones del Ing. Diamand (casi que describía el auge y ocaso de las políticas económicas K, con 30 años de diferencia), dábamos libertad al lector para que leyera cómo evolucionaría la economía argentina con las políticas ortodoxas implementadas en ese momento, o sea, julio de 2016.

Si Ud. no lo leyó, le subrayo lo que Diamand escribió en 1983 sobre cómo nace y evoluciona la estrategia económica conservadora en Argentina: “Sus respuestas frente al problema son una serie de propuestas que involucran una brusca devaluación, un aumento de los ingresos agropecuarios, una caída de los salarios reales, una drástica restricción monetaria, una recesión… y un deliberado esfuerzo en atraer capitales extranjeros” (clara descripción del año 2016 en Argentina: devaluación en diciembre de 2015, ajuste fiscal, lluvia de inversiones prometidas) y luego continúa: “Esa política puede lograr ciertos éxitos al comienzo. La tasa de inflación, que siempre aumenta inicialmente a raíz de la devaluación, más adelante suele disminuir, los capitales financieros afluyen del exterior y el salario real en parte se recupera” (una vez más, clara descripción del año 2017 en Argentina, donde destaco la bicicleta financiera, también estudiada por este medio).

Y para los que no leyeron el final de este texto: “Sin embargo, en algún momento del proceso sobreviene una crisis de confianza. El flujo de capitales financieros se invierte. Los préstamos del exterior que habían ingresado comienzan a huir. Se produce una fuerte presión sobre las reservas de divisas, una crisis en el mercado cambiario y una brusca devaluación. Caen los salarios reales, disminuye la demanda, la tasa de inflación una vez más aumenta vertiginosamente y se vuelve a caer en recesión, más profunda que la anterior”.

Esta es la descripción que Diamand hace de la economía argentina de 2018; solo le faltó decir que ante la corrida de capitales financieros se recurre al FMI.

Tal es el acierto de las predicciones del Ing. Marcelo Diamand, que podría asombrar a los lectores de este artículo. Aunque en realidad no es otra cosa que la aplicación de la teoría económica en su esplendor. En aquel artículo del año 2016 pensábamos que llevaría 3 o 4 años cumplir esta profecía. En aquel momento, julio de 2016, pocos nos atrevíamos a predecir el desastre económico de estas políticas, y pocos nos escuchaban cuando afirmábamos que la crisis era cuestión de tiempo.

Lejos de preocuparse, muchos administradores locales, inmobiliarias, cámaras empresariales, operadores y gobernantes; estaban felices por la buena temporada del año 2016, y las mejores que sobrevendrían con estas políticas económicas. Sus críticas iban hacia las políticas económicas nacionales.

Vaya para ellos este mensaje de fin de año 2018: “El péndulo de Diamand sigue su inexorable curso en la economía argentina”, pues es así como terminaba nuestro artículo de aquel 27 de julio de 2016, en MaldonadoNoticias.com. Quizá alguna vez, algún dirigente local entienda el valor del término “inexorable”, o entienda algo de Economía.

*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.

*) Prof. José Luis Corbo

“Que el pensar haya de destruir algo, no importa para nada lo que sea, en principio no es argumento contra este pensar si la destrucción es forzosa, es decir, si la cosa requiere una destrucción semejante. Pues una tal destrucción, si se trata de un pensar real y no de una mera manipulación sofística, no es un juego inmotivado que sale a ejercer el pensar para, tal como se dice, dar por tierra a alguna cosa, sino que está motivado por la cosa misma; de lo contrario no será válido” Adorno, Theodore (1909-1969)

Parece ser que el mundo conspira a favor del no pensar. La urgencia de lo inmediato y la inmediatez de lo burdo promueven un tipo de pensamiento no pensado, una forma de comprender la realidad que no trasciende lo meramente respirado, lo recibido desde la perspectiva del sinsentido, del mensaje implícito que el propio desconocimiento incluye en su esencia.

La costumbre, la naturalización, el abandono por el cansancio y el descreimiento endémico, general y absoluto sobre el todo, nos condiciona la vida. Es más fácil la ignorancia porque, como ya dijo algún genio, la tristeza es causa del saber, cuanto más se sabe más infeliz se es.  Y cuanto más te enteras de algunas cosas, más desearías no haberte enterado.

Es innegable que el mundo ha cambiado y el discurso posmoderno dice que es deseable adaptarse a los cambios, aunque esos cambios impliquen el sometimiento a las formas que diseñan las estructuras para nosotros, a la realidad objetiva de la injusticia y al carácter estático de la desigualdad. En ese discurso de la desesperanza, los pobres siempre son pobres y el poder siempre está del otro lado. Porque si bien el mundo cambia, eso parece no cambiar.

La fuerza de los discursos y su trabajo incansable sobre la estructura del pensamiento, lo explícito y lo encubierto de los modelos actuales, nos transforman en lo que hoy somos. Lo preocupante es que esa transformación es inconsciente y no responde a un sujeto como tal, sino al carácter global de la humanidad.

Y parece ser, que en esa construcción que nos proponen, el tener le ganó al ser. Lo banal se publica y los abusos se aplauden. El consumo enaltece y la pobreza se esconde. Y la catarsis se disuelve en un espacio virtual.

Lo que alguna vez prometía ser ideología, dio lugar a la doctrina ideológica, aquello impuesto por intereses no siempre visibles, creado para manipular a los sujetos en función de una estructura de pensamiento prestablecida, y al servicio de algo. En algún momento nos convencieron a los de abajo que el secreto de la felicidad era parecerse a los de arriba, y así nos acostumbramos a pensar.

No accedemos a lo mismo, intentamos consumir lo mismo, aunque no podamos, y las formas de inclusión que nos prometen solamente nos habilitan a participar de esa maquinaria de consumo. Ideológicamente nos construyen para consumir y el modelo que nos proponen es el del consumidor no pensante.

Pensar da miedo. Porque pensar implica una ruptura. Implica la destrucción de lo impuesto para la construcción de lo propio, de lo libre. Como nos decía Adorno, la ruptura para el caso no sólo es necesaria, sino que es urgente. Porque la ruptura la pide la cosa, es la cosa la que pide a gritos ser destruida.

No hay forma de explicar este estado de barbarie en el que nos hemos sumergido sin destruir el discurso insostenible del progresismo, porque el propio progreso es violento en la medida en que… “como un dominio de la naturaleza plantea una suerte de nexo de culpa, se reproduce en las relaciones mutuas de los hombres e incuba así, él mismo, las fuerzas que se dirigen contra el progreso” (Adorno, 2015)

Necesitamos someternos al ejercicio urgente de comprendernos como sujetos históricos. Necesitamos comprender nuestro recorrido en el mundo, nuestro desarrollo y nuestra decadencia. Necesitamos, quizás, desprendernos de la idea del progresismo lineal, porque parece estar más que claro que muchos avances implican un retroceso. Un retroceso que parte de su ser destructivo, para comenzar a construir.

 

*) Licenciado en Educación Física (ISEF Udelar). Entrenador de fútbol (ISEF-Udelar). Actualmente cursando la Maestría en Didáctica de la Educación Superior (Centro Latinoamericano de Economía Humana).

Director coordinador de Educación Física, del Consejo de Educación Inicial y Primaria/Administración Nacional de Educación Pública. Maldonado-Uruguay.

(ANEP/CEIP). Integrante de la línea “Políticas Educativas y Formación Docente.

Educación Física y Prácticas Educativas”, adscripta al grupo de investigación sobre La Educación Física y su Enseñanza.

*) Psic. Manuel Froilán Zavala Ayala

Llega la Navidad y las ciudades se iluminan con luces navideñas, música o villancicos que se escuchan en cada rincón y se respira un ambiente de felicidad. Además, centenares de personas llenan las calles cargadas con bolsas de comida y regalos para las fechas.

Todo esto se da ya que se suele relacionar la Navidad con la alegría, las compras, salir a la calle, comidas de Navidad entre amigos, pasar tiempo en familia… Pero mucha gente (más de la que pensamos) se siente obligada a sentir esta felicidad, provocando malestar, presión, obligación o incremento del estrés y depresión en Navidad.

La llaman depresión navideña, depresión blanca o blues de Navidad. No aparece en ningún manual de clasificación de enfermedades mentales. Pero existe: un síndrome caracterizado por un estado de ánimo melancólico que aparece en las fiestas navideñas. Sus síntomas se parecen mucho a los de la depresión verdadera.

Una de las causas más frecuentes es el duelo por un ser querido. Y es que estas fiestas suelen ser las ocasiones en las que más se notan las ausencias de las personas que han muerto. Esta sensación es especialmente fuerte el primer año, es decir, durante las primeras fiestas en que la persona no está.

Otro motivo es la ausencia de personas queridas no porque hayan fallecido, sino porque se han distanciado, a causa de enfados, peleas, separaciones o porque viven lejos. En estos casos, a la ausencia se añaden sensaciones como la culpa y la soledad ante lo que podría estar ocurriendo y sin embargo no sucede.

También la añoranza es uno de los motivos recurrentes de la depresión navideña. "Pensamos que las Navidades del pasado eran felices, porque teníamos niños, o porque teníamos otras características". Está claro que, muy a menudo, la memoria selectiva lleva a idealizar el pasado y a tener la sensación de que antes todo era maravilloso, cuando en realidad no es así. Ese caprichoso comportamiento de los recuerdos también puede contribuir a sentirse mal en la época de Navidad.

La llegada del fin de año, por otra parte, promueve que mucha gente haga un balance del año. A menudo el saldo no es positivo, debido a los proyectos no concretados, las pérdidas sufridas u otros elementos negativos.

Muchas personas que atraviesan una situación económica difícil se sienten mal por no poder comprar esas cosas que “debemos” comprar.

El mandato social, la "obligación" de que en estas fechas “debemos” ser felices. Los medios y las redes sociales ayudan a crear la sensación de que, en efecto, "todo el mundo" es feliz. Como contrapartida, lo que muchos sienten es: "Todo el mundo es feliz, menos yo", lo cual agudiza su malestar.

Muchas son las personas que no disfrutan de estas fiestas, a otras les parece indiferente o incluso se dan personas que odian fechas como la Navidad por diversos motivos.

Nadie puede ni te debe obligar a celebrar nada, ni presionarte a hacer nada. Puedes vivir las fiestas al ritmo que quieras y puedas, adaptándote a lo que desees. En definitiva, no te adaptes a la fiesta ni a la manera de vivirla, adapta la fiesta a tus sentimientos y posibilidades.

QUERIDO AMIGO:

Si sientes la falta de alguien, de un familiar, amigo querido, aprovecha estas fechas para recordarlo de la mejor manera y hazlo a modo homenaje.

Si no te gustan las reuniones familiares acude a las que puedas o a las que creas que debes ir y aprovecha el tiempo restante para hacer lo que desees como salir con los amigos.

Si estás pasando por una mala época, aprovecha para sincerarte y apoyarte en alguna persona o familiar cercano. Quizás pueda ayudarte más de lo que piensas.

Fundamentalmente, trata de no pasar solo.

TE DESEO UNA FELIZ NAVIDAD!!!… a tu manera.

Sinceramente.

 

*) Licenciado en Psicología, especialidad Clínica (con Habilitación Profesional del MSP). Miembro Honorario en el Área de Negociación Antisecuestro (gerenciamiento de crisis) del Grupo Halcón de la Policía Argentina

Especializaciones en Suicidología: Red Mundial de Suicidiólogos (Representante Nacional hasta el año 2.008); Red Iberoamericana de Suicidiólogos (Argentina).

Miembro de la Asociación Argentina de Salud Mental (AASM), desde el 10 de agosto de 2016.

Ex - Miembro de la Sociedad Mexicana de Tanatología.

Libros publicados: “Suicidio Infanto-Juvenil” - Cómo reconocer las Señales de Advertencia (Editorial Arandura. Año 2006); “El Suicidio - Un grito silente (Imprenta Tradinco. Año 2017). Disertante en múltiples eventos en varios países.

*) Daniel Pelenur MBA

En nuestras empresas, el conflicto prácticamente es inevitable; existen numerosas causas que generan dicho estado, entre algunas, podemos enumerar: procesos de cambio en donde me cambian mi “status quo”, celos y emociones personales, mala comunicación, organigrama complejo o no resuelto sin separación efectiva de responsabilidades y roles de cada empleado, clima organizacional no efectivo. Todas estas causas de conflicto hacen que la empresa esté funcionando fuera de su estado normal, y por lo tanto se resiente y dificulta el ciclo de generación de dinero para mantener el sistema.

Será necesario apaciguar/solucionar dichos conflictos, generar un clima de tolerancia y que las confrontaciones personales y antagonismos, puedan ser resueltos de manera efectiva, prudente y rápida. Para ello el líder, el dueño, el gerente, el director, el accionista, serán personas claves en tratar la situación.

Es muy importante haber establecido la causa real del problema, su solución, y de acuerdo con lo sucedido, poder anticipar nuevas confrontaciones; esto se denomina “retroalimentación positiva” en el conflicto funcional.

Esto en general pasa prácticamente en todas las empresas, el conflicto funcional puede generar nuevos espacios de entendimiento y colaboración, abrir el camino para un mejor y normal desarrollo de mis procesos administrativos.

Ahora quisiera darles una visión sobre la conflictividad que tenemos en nuestro país.

Las relaciones entre empresarios y sindicatos son cada vez más lejanas, complicadas, y confortativas. Nuestra cultura se ha generalizado a emplear el derecho de huelga como prácticamente el primer paso ante cualquier situación.

La huelga debería ser el último recurso a usar para destrabar o conciliar un conflicto. No existe en el frente sindical, una visión moderna y efectiva para encarar sus soluciones, se tiene un pre concepto generalizado de la “explotación” del patrón hacia el obrero, muchas minorías que gobiernan dichos sindicatos siguen pensando en la utopía marxista de socialismo, lucha de clases, y evidentemente no han visto los cambios que se han producido en los últimos 30 años; entre los más destacados la caída del régimen dictatorial soviético, el muro de Berlín y la creación de Estados independientes con economías social demócratas, y con apertura al mundo.

En estas decisiones de paro, que se toman con mucha rapidez en la emoción del momento, no se piensa prácticamente en las consecuencias que tiene para la población; paro de maestros, paro de los distribuidores de garrafas de gas, paro de médicos, paro y más paros… ahora faltó combustible por casi cuatro días por un paro de los trabajadores de los transportistas, y la causa primaria fue un accidente laboral.

Parece ridículo llegar a un paro por este motivo, tiene que haber instancias previas de dialogo y para establecer las causas de dicho accidente y como prevenirlas. Pero nuestra cultura Oriental está primando, paramos y váyanse todos al carajo, me importa un bledo las consecuencias.

Incluyo en este último y ridículo paro que nos dejó sin combustible, la total inoperancia del gobierno en su Ministerio de Trabajo para solucionar el tema. Se decreta la esencialidad tres días después de comenzado el conflicto…

Para terminar, no puedo dejar pasar otra perlita de cosas que pasan en nuestro Paisito; los vándalos de siempre, encapuchados, hicieron una marcha (ojo: escoltados por la Policía, que no hizo absolutamente nada para prevenir los desmanes), en 18 de Julio, para protestar contra la G20.

Encapuchados rompieron todo lo que había cerca. Días después se identifica a dos de ellos y se los procesa (presentarse en la comisaria una vez por semana), pero uno de ellos ya tenía alquilado un rancho en Valizas; y que solidarios y buenos que somos, le dijimos al encapuchado: “bueno anda a Valizas, tomate tus vacaciones y después empezas a cumplir la importante pena de presentarte cada tantos días en la comisaria”. La realidad supera la ficción…

 

*) Master en Administración de Empresas (New York University). Ocupó cargos gerenciales de primer nivel en áreas administrativas financieras en importantes empresas en Montevideo y Buenos Aires. Docente Universitario. Desde el 2008 hace consultoría y capacitación en empresas familiares en áreas de Administración, Contabilidad, Finanzas y Organización. Cel. 099 141 417 - Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

*) Lic. en Psicología Adriana Savio Corvino

“…y un día le pregunté a mi hijo de 7 años: Si nosotros los buenos, matáramos a todos los malos… ¿Quiénes quedaríamos?

Y él me respondió: “Los asesinos papá… Solo los asesinos…”

Noticia escalofriante… dos asesinos confesos y de perfiles de alto nivel de peligrosidad se pasaron factura de la forma más salvaje y uno de ellos de forma cruenta fría y hasta si se quiere despiadada, asesinó a sangre fría y mientras dormía al “pelado” sin darle ni siquiera la oportunidad a la víctima de defenderse.

El hecho sucedió dentro de una celda de 2x2 donde Marcelo Roldán compartía cohabitabilidad con Víctor Hugo Pereyra Da Silva; ambos asesinos confesos desde tempranas edades y habiendo sido los homicidios hechos que iniciaron en ambos, la carrera criminal.

Aparentemente ambos presos se “llevaban bien” y convivían en cierta “armonía” según explicaron algunos técnicos de la Institución Carcelaria; razón por la cual no se comprendió como “problemático” el hecho de que compartieran celda.

Sin embargo, es cierto que estos perfiles deben ser analizados a fondo, y nunca es demasiada información la que se tiene para llegar al supuesto “basamento” de sus verdaderas intenciones o impulsiones violentas.

Ambos reclusos eran lo que se conoce como “presos viejos” dentro del centro de reclusión; y compartían celda en La Roca- área de mayor seguridad en Libertad- desde hacía nada más que 3 meses. Sin embargo, los rumores que corrían eran que El Pelado “había perdido su estrella de líder” hacía ya unos años atrás, frente a la comunidad carcelaria.

En los últimos tiempos, según expresa el victimario, la víctima no hacía más que “insultar a su madre enferma de cáncer.” Este es el testimonio aparentemente “justificatorio” de su acto salvaje y voraz con el que elige ultimar a su víctima: ahorcarla, luego acuchillarla, flagelarla, comer parte de su torso fritado y finalmente degollarla para colgarla como una res del techo de la celda.

El posible análisis más profundo, que puede entreverse en función de las conductas podría ser algo así como: se observa presente la burla del homicida ante su víctima tanto estando esta viva y luego de muerta. Cortar el cuerpo para profanar la paz de su descanso, que simbólicamente solo puede obtenerla si está su cuerpo completo.

Aparentemente él insultó a la madre y este otro le estropeó el duelo a la suya propia. El victimario según su relato presenta a su madre “muriendo de cáncer” y por ende mató a la madre de Roldán en vida, estropeando el cuerpo de su hijo y su duelo.

A través de la condición psicopática del victimario, se da un duelo de madres detrás del duelo real entre víctima y victimario; podríamos decir que el victimario mató a la madre de Roldán, antes que la circunstancias según el mismo explicó, terminen con la vida de la propia. Matar en vida a la madre de Roldán, por intermedio de la comisión de tan brutal homicidio hacia el cuerpo de su hijo, no se puede leer como otra cosa que matar a su madre en vida, luego de haberlo ultimado al hijo como lo hizo.

El homicidio con rasgos de especial intencionalidad y alevosía, suma vilipendio, o sea, atentado contra el derecho de la paz de los muertos, pues se trató de una flagelación con decapitación post mortem, que claramente buscaba el asombro con la “instrucción” a la comunidad carcelaria y a la sociedad por completo.

Criminológicamente podríamos describir que dató de un desmembramiento “expositivo” por estas mismas causales; que van vinculadas a claros indicios de falta total de empatía y angustia del lado del victimario, quién advirtió públicamente en el juicio que ni se arrepentía ni pediría perdón por sus aberrantes conductas hacia Roldán.

Este hecho presenta varios focos de análisis; el primero es desde la dimensión comunitaria carcelaria. Desde la antropología criminal es bien sabido que los “actos” de feroz violencia como decapitación, flagelación y desmembramientos; refieren arquetípicamente a actos de tortura milenarios que tenían por esencia el “advertir” acerca de un territorio o una persona ante la cual era precepto “cuidarse”.

Recordemos a los Jíbaros con sus reducciones de cabeza del enemigo y comer el corazón para “absorber” el poder del enemigo; o las culturas vikingas con sus prácticas del “águila de sangre” donde se desmembraban especialmente los torsos y se buscaba el desangrado de la víctima en vida, aspecto que está en dicho caso, e incluso se induce especialmente cuando Víctor cuelga de cabeza hacia abajo el cuerpo de su víctima ya decapitada, al igual que se desangra un animal al ser faenado.

Tal es así, que no es raro hallar en la biografía del victimario, actividades relacionadas con la cacería y la faena de animales; los cortes e incisiones a pesar de haber sido realizadas con instrumentos rudimentarios como los “cortes carcelarios” parecen realizados en el lugar perfecto junto a las uniones musculares exactas para favorecer su velocidad y aplicación de fuerza en exactitud.

Se trata de un aspecto que por perfilación criminal y matcheo de casos me recuerda a la vida y acciones criminales de Ed Gein, también caníbal, niño criado en medio rural, con conocimiento de cacería y faenado de animales que fue reconocido como uno de los 10 asesinos seriales más terribles de la historia criminal; y en su país llamado el “Caníbal de Milwaukee.

Pero no alejándonos tanto de nuestro país; también emergen nuevamente formas de matar vistas en el caso de El Cosita que junto al Sapo matarían al “Caramelero” tirando restos de su cuerpo hacia afuera de la celda y comiendo parte de su corazón.

En lo que a perfiles criminales respecta llaman potentemente la atención, aspectos como la asepsia y búsqueda de “orden” extremo en la escena del crimen en ambos casos; El Cosita llego a juntar la sangre del Caramelero con jugolín en sobre, desperdigándolo para poder juntarla luego de emulsionada y evitar que saliera hacia afuera de la celda.

De la misma manera que el victimario de Roldán, luego de matarlo, desmembrarlo, decapitarlo, comerlo y colgarlo, limpiaría toda la escena, se bañaría y finalmente se sentaría a esperar que lo “castigaran”. Hay que aclarar que cuando la fiscal del caso ingresó a la celda el hombre explicó: “No limpié para evitar que piensen que no haya sido yo el culpable… soy el único que estuvo con él dentro de la celda.”.

Claro es que la búsqueda de “orden” es en ambos casos una búsqueda más interna del victimario que perteneciente al plano de la realidad. El desorden y el descontrol de la situación eran dos circunstancias que al victimario de Roldán no le satisfacían en absoluto; a tal punto que al tocar el “botón parafrénico” de la figura materna, el asesino de asesinos se abalanzó sin dudar y pasó a la comisión del acto en una “tormenta psicopática” que de tan efectiva y tremenda, parece hasta irreal. ¿La Víctima no luchó? ¿No se defendió ni siquiera instintivamente por su vida a pesar de poder estar dormido? ¿Nadie los escuchó?...

Desde un lugar más dinámico no descarto una admiración desmedida de parte del agresor hacia su víctima -luego de ultimarlo se viste con sus ropas-, y en cierto nivel una “competencia” de poderíos de liderazgo dentro del ámbito carcelario. Desde lo simbólico; el homicida va tras su cabeza en primera instancia, donde residía quizás uno de los mayores “poderes” de “El Pelado” ya conocido por su don de liderazgo y reconocimiento por parte de la comunidad carcelaria, la cual destaca como central su “don de persona” con “códigos” en el ambiente.

Luego fue al corazón; y aparentemente equivoca la lateralidad realizando la incisión en el lado derecho; también aspecto muy significativo. El corazón es símbolo de fuerza y sentimientos; recordemos que aparentemente la víctima “insultó” a su madre, símbolo de la mayor adoración para cualquier hijo y más para uno convicto.

Se busca “extirpar” el corazón, ¿denotando que no lo tiene... del lado “opuesto” ?, para demostrar que no tiene corazón o lo tiene en un lugar que no corresponde? Estos aspectos que parecerían muy aventuraros deben ser analizados ante el victimario; pero les aseguro que nos asombraríamos si hablásemos con él y según su discurso llegáramos a conclusiones que confirmen que estos “sentidos” estuvieron presentes, aunque sea desde el plano más inconsciente de su psique.

Claramente el “móvil” criminológico fue Humillación de la Victima, lo cual remató con un flagrante vilipendio que falta el respeto al cuerpo del muerto y busca seguir burlando al mismo más allá de su muerte; ya habiendo éste dejado de ser un ser vivo, pero no por eso un cuerpo con derechos como la dignidad y respeto ante el mismo.

El descuartizamiento es también lo que se entiende como “romper en partes” para que sea posteriormente irrecomponible; esto desde la fantasía es con el fin de “maldecir la partida”.

Esto tiene una traducción en el plano real que se centra en que el cuerpo no pueda ser duelado correspondientemente, pues nunca estará “completo”. Ahí mismo ya existe y se hace presente la esencia de la figura del vilipendio que luego se materializa a través del canibalismo, desmembramiento y apuñalamiento post mortem.

También es de orden pensar en el Modus Operandi elegido; en el “dime como matas y te diré quién eres…”; la mutilación alude a una clara disposición interna que está presente en el acto en sí, como también en lo que busca expresar con el mismo -separación cabeza y corazón del cuerpo-. En realidad, la fantasía se centraría en que no se pudieran “hallar las partes” lo cual induce a realizar el desmembrar -siempre que nos estemos refiriendo a lo que motiva inconscientemente a un homicidio con tal ferocidad-, en el mismo momento del acto.

Finalmente agregar otro factor más que sería el neuro psicológico criminal, más específicamente en este caso vinculado al “cerebro de reptil”. No podemos olvidar el concepto de “desterritorialización” o sea, “pérdida de referencia geoubicacional” dentro de los predios de encierro y mucho más intra-celda.

Claramente hubo presente también, un conflicto de territorios y mando con dominio sobre el mismo, donde aparece un dato clave acerca de la personalidad de Roldán. Según allegados era una persona “…que no sabía vivir en libertad...” o sea, requería del territorio definido y sobre el cual nunca perdiera el control del espacio. Esto no es casual si hacemos referencia a la escena y al tipo de muerte que terminó dando final a su vida de forma brutal.

Por otra parte, no olvidar la firma del criminal; que en este caso como no podía ser de otra forma, vuelve a ser la misma al igual que en su primer homicidio donde la victima ex pareja del victimario, terminó en una escena lamentable como la de Roldán, también decapitada.

Para cerrar el caso aquí, creo central destacar la importancia de analizar científicamente y de forma actualizada los perfiles psicológicos de convivencia de los reclusos, por más que se trate de “presos viejos” como era éste el caso. La mejor de todas las condiciones de convivencia intramuros debe ser buscada y custodiada siempre, no únicamente por los operarios policiales de intervención directa, sino también por los técnicos del ámbito psicológico y mental.

Tenemos la responsabilidad funcional, pero por sobre todo ética y moral, de ofrecer a razón de la investigación y formación continua; una mejor realidad de convivencia para los presos, en relación principalmente a la protección de su dignidad como seres humanos de derecho y a la protección del ser humano en sí mismo.

Los casos “complejos” en cuanto a su conducta criminal y personalidad, deberían ser objeto de estudio constante y análisis científico-criminal, con el objetivo de avanzar en prevención victimológica y seguridad para todos.

Cuando lo urgente no deja tiempo para lo importante… no es una buena transacción… y en estos casos tampoco…

Hoy valió la vida de un convicto que transitó más del 70% de su vida en condiciones de encierro… hoy de nuevo “triunfó” la fuerza más brutal y feroz de la violencia más monstruosa que el ser humano puede expresar… hoy triunfó de nuevo, intramuros, la barbarie que todos desde nuestros lugares debemos combatir día a día… segundo a segundo…

Todas las vidas valen… y un acto violento no se puede justiciar ni enjuiciar con más violencia. Las vidas violentas tampoco…

*) Especialista en Psicología Forense y Psicología Criminológica – Perú. Maestrado en Derechos de la Infancia, Adolescencia y Políticas Públicas -  UdelaR. Promotora DDHH Mec. Directora del Instituto de Psicología Forense del Uruguay (I.C.P.F.U.).

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*) Prof. José Luis Corbo

“La televisión, que pretende ser un instrumento que refleja la realidad, acaba convirtiéndose en un instrumento que crea una realidad” Bourdieu, P. 1996.

La tristeza y la desesperanza que vivimos hoy es social. Su construcción es colectiva. No deberíamos dudar de esto. Las formas de una incertidumbre triste se construyen en el colectivo, se promocionan ahí mismo, y adoptan sus rasgos más perversos cuando se transfiere su desarrollo al interior de los sujetos, al plano intrasubjetivo. Es una de esas enfermedades sociales que no entendemos de qué forma silenciosa se propaga, pero sabemos que sus daños son irreparables.

“La radio me dice que está todo mal. La violencia aumenta en las calles. Los crímenes son cada vez más y la fuerza de las drogas es tal, que te matan por dos pesos. La policía no alcanza, las penas son blandas y la culpa es de los otros, de los que no entienden que la única forma de detener la violencia es con más violencia. Eso dice la radio... o es lo que creo entender”.

También parece estar claro que vivimos en un mundo que no es todo construido por nosotros. Hablamos, inclusive, muchas veces con las voces de los otros, de los que tienen el poder para construirnos el mundo. Repetimos lo que oímos, y la voz del pueblo, la que habla, está tan teñida de matices que no distinguimos ficción de realidad.

“El diario me dice que está todo mal. Ni siquiera respeta las lágrimas de sangre de Brasil, porque parece que los brasileños tienen lo que se merecen por haber optado otrora por una supuesta izquierda corrupta que no entiendo por qué, si es izquierda, está tan alejada de las ideas utópicas que nos enamoraron”.

Parece difícil, bajo formas de dominio tan sutiles y perfectas, intentar convencer a alguien de que hay formas posibles de pensar en todos ante el inobjetable discurso del sálvese quien pueda. El “ser humano” tiene el poder de ganarle a “la humanidad”, porque los discursos parecen decir que no hay forma de que exista esperanza para ningún tipo de justicia social. Nos hacen creer que la pobreza es necesaria porque siempre existió, y porque el mundo funcionó con pobres y con ricos a la vez, y parece que convivían sin problemas.

“Veo en la televisión que está todo mal. Los inmigrantes llegan al norte a sacarle el trabajo a los norteamericanos. Las medidas de fuerza aumentan para que esto no suceda. Me lo cuentan las señales internacionales. Temo que pase lo mismo acá, vienen de otros lados y trabajan por miserias. La gente se subleva ante la amabilidad a los inmigrantes porque, según dicen, los tratan mejor que a nosotros”.

La xenofobia parece promocionarse sin necesidad de invertir ni energías ni dinero.

La manipulación es tal que parece imposible, sin una educación realmente liberadora, sin un desarrollo crítico de los sujetos, que cada uno logre construir su propia idea del mundo, o por lo menos comprenderlo. Muchos menos ser parte de la transformación.

El desafío aumenta cada día porque las formas de la manipulación también lo hacen, y sólo queda resistir. Porque lo otro es sumarse a la desesperanza que, tal como aparece hoy, no es más que la tristeza disfrazada de compañera.

Enfrentarse críticamente al mundo que construimos y que nos construyen implica, en cierta forma, un enfrentamiento con uno mismo. Una especie de debate entre el “yo construido” y el “yo emancipado”. Supone también comprender las formas de la manipulación más allá de la simple práctica de manipular. Un acceso a otra perspectiva del mundo en que vivimos y del espacio social que compartimos.

Ese acceso implicará, a su vez, una reformulación de los sentidos adjudicados a todas nuestras prácticas. Para el caso de nosotros, los docentes, una perspectiva nueva y necesaria que supondrá, entre otras cosas, habilitar a los sujetos a la construcción y reconstrucción de su propio mundo, liberar su capacidad infinita de operar como agentes de cambio en la búsqueda de formas nuevas y diferentes de algún tipo de justicia social.

*) Licenciado en Educación Física (ISEF Udelar). Entrenador de fútbol (ISEF-Udelar). Actualmente cursando la Maestría en Didáctica de la Educación Superior (Centro Latinoamericano de Economía Humana).

Director coordinador de Educación Física, del Consejo de Educación Inicial y Primaria/Administración Nacional de Educación Pública. Maldonado-Uruguay.

(ANEP/CEIP). Integrante de la línea “Políticas Educativas y Formación Docente.

Educación Física y Prácticas Educativas”, adscripta al grupo de investigación sobre La Educación Física y su Enseñanza.

*) Daniel Pelenur MBA

Hace poco tenía consulta médica, en el horario exacto me llaman, ni un minuto antes ni un minuto después; ante mi asombro importante, y estado de bienestar/felicidad que me produjo esto, entro al consultorio (no conocía al médico); lo primero que le digo es: ¡¡¡Felicitaciones!!!  El facultativo (Ella) -no me banco el lenguaje inclusivo, con respeto, espero no ofender a muchos- me mira sorprendido y me pregunta el porqué de la felicitación, le explico y sonríe…. y me dice “en general cuando llamo a los pacientes no están”.

La probabilidad compuesta (es la probabilidad de que se den simultáneamente dos sucesos) para lo que pasó con la consulta médica es realmente baja, en general los pacientes estamos más o menos a la uruguaya en hora, el tema de los facultativos es mucho más crónico e inestable.

Aplicando este concepto a nuestra idiosincrasia, a nuestra forma de ser, nuestra cultura, estamos bastante lejos de ser un país que atienda en tiempo y forma, la interesante y explosiva combinación del factor humano en todas las decisiones y eventos que nos pegan a diario hace que ya estemos “curtidos” de la no atención en hora de cualquier cosa.

Traduzco atención en hora a todo lo que me debe brindar el Estado a través del Gobierno de turno, y la contrapartida de nosotros, los ciudadanos comunes de hacer las cosas de la mejor manera, tratar de brindar el mayor esfuerzo en que el sistema funcione.

El sistema funciona bastante mal en el territorio Oriental, nos hemos prácticamente olvidado del término “derechos y obligaciones” y esto es para todos, población y gobierno.

Uds. ya saben todo lo que nos pasa, no quiero aburrirlos en repetir nuestros males y sombras que están en el horizonte de la economía, la sociedad, nuestra cultura, y lo que si me altera es no ver algún indicio de que se vaya a “hacer algo”.

Estamos tan metidos en la diaria y en como llegar con mi empresa al mes siguiente, y poder cobrar mis créditos, pagar al personal y proveedores, pagar el crédito bancario que obtuve por un bajo flujo de caja, y hasta poder pagar mis impuestos mensuales, que no salgo de este círculo vicioso de incertidumbre y poca estabilidad, económica y emocional.

Al Estado le pasa lo mismo, hay que mantener el gasto, saquemos dinero de donde sea para mantener el estatus quo reinante; me olvido de lo que es, gobernabilidad, innovación, inversión, trabajar para todos, pensar en cinco a diez años para adelante…. Y tantas cosas más que quiere el ciudadano común (¿seguridad, educación, salud?).

Escucho y leo cosas que tienen que ver con sucesos que están condicionados a darse simultáneamente, acá en actos de mal manejo de los dineros públicos, ineficiencia marcada para gestionar empresas del Estado, cierta corrupción y estructuras enormes ineficientes y con una marcada burocracia y lentitud en toma de decisiones;  acá si tenemos probabilidad compuesta que se da, y es alta; están todos alineados en algo que llamo decadencia y pensamiento especifico de uno solo para su “uno mismo”, me quiero salvar yo, deseo seguir dependiendo de la teta del Estado, mi preocupación es solo mi entorno.

Pero somos tres millones quinientos casi, que necesitamos que el paciente se presente en hora y el facultativo lo atienda en tiempo y forma.

*) Master en Administración de Empresas (New York University). Ocupó cargos gerenciales de primer nivel en áreas administrativas financieras en importantes empresas en Montevideo y Buenos Aires. Docente Universitario. Desde el 2008 hace consultoría y capacitación en empresas familiares en áreas de Administración, Contabilidad, Finanzas y Organización. Cel. 099 141 417 - Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

*) Psic. Manuel Froilán Zavala Ayala

Muchos hombres viven absortos en sus empresas exteriores o en la superficialidad de una vida de masa que se muestra poco inclinada a la reflexión. Solamente entran dentro de sí en el choque con la realidad, es decir, en la experiencia de la frustración, del fracaso o la derrota.

El infortunio, un accidente de tráfico, la muerte de los padres, de la esposa o de un hijo… nos arrancan cruelmente de la dispersión para ponernos frente al problema del significado fundamental de la propia existencia. “Me convertí para mí mismo en un grave problema”, afirma Agustín, refiriéndose al trauma sufrido con ocasión de la muerte de un amigo.

El fracaso de nuestros propios proyectos, la fatiga y la dureza del trabajo, el cansancio de vivir, la impotencia de alcanzar una paz estable, la soledad, el abandono de tantos amigos…, en una palabra, el contraste entre lo que uno es y lo que le gustaría o debería ser para ser plenamente hombre, son otras tantas experiencias que nos invitan a reflexionar.

Muchos intentan un planteamiento de la vida en conformidad con una filosofía o una visión del mundo y del hombre, sin tener en cuenta las dimensiones profundas y personales del mismo. Este vive alienado, como número en medio de una gran masa interpersonal, que lo seduce con crueldad sin tener en cuenta sus problemas personales. O bien corre detrás de valores engañosos, orquestados por una pérfida publicidad, olvidándose de los verdaderos problemas.

Y sucede que todo este conjunto llega en el momento en que no sólo no ofrece ninguna satisfacción, sino que se hunde dejando aparecer el vacío y la nada. Correr diariamente tras una fantasía rutinaria, en modo automático…; de pronto todo se derrumba, se revela en toda su crudeza el absurdo y el vacío de semejante existencia.

Este fenómeno de experiencia del vacío y de la nada frente a una civilización dominada únicamente por la técnica y por el funcionalismo lo atestiguan otros pensadores como A. Schaff y E. Bloch. El hombre no vive solamente de economía, de política, de tensiones sociales. La experiencia del vacío y de la nada no es más que un modo negativo de repulsa de una civilización que debería servir al hombre, pero que lo ahoga en sus aspiraciones más profundas y más personales.

El mismo sentido de la existencia y la posibilidad de realizar una auténtica libertad parecen depender en amplia medida de los demás. La frustración de estas relaciones parece conducir por tanto casi inevitablemente a suscitar el problema del ser y del significado del hombre.

Es necesario transitar la vida, siendo conscientes que existen puntos inconciliables con los que no vamos a poder.

RECUERDE: EL Suicidio es una causa de muerte EVITABLE.

*) Licenciado en Psicología, especialidad Clínica (con Habilitación Profesional del MSP). Miembro Honorario en el Área de Negociación Antisecuestro (gerenciamiento de crisis) del Grupo Halcón de la Policía Argentina

Especializaciones en Suicidología: Red Mundial de Suicidiólogos (Representante Nacional hasta el año 2.008); Red Iberoamericana de Suicidiólogos (Argentina).

Miembro de la Asociación Argentina de Salud Mental (AASM), desde el 10 de agosto de 2016.

Ex - Miembro de la Sociedad Mexicana de Tanatología.

Libros publicados: “Suicidio Infanto-Juvenil” - Cómo reconocer las Señales de Advertencia (Editorial Arandura. Año 2006); “El Suicidio - Un grito silente (Imprenta Tradinco. Año 2017). Disertante en múltiples eventos en varios países.

*) Prof. José Luis Corbo

“Sería en verdad una actitud ingenua, esperar que las clases dominantes desarrollasen una forma de educación que permitiese a las clases dominadas percibir las injusticias sociales en forma crítica.” Paulo Freire

En la medida en que la educación deja de ser tema de la academia y circula como objeto de análisis en los diversos espacios de encuentros de sujetos, surgen y se reconstruyen las mismas charlas y los mismos debates. Muchos de esos debates ofrecen perspectivas claras.

Tal vez la más común es la que se alinea a la voz del pueblo y al discurso coloquial internalizado. Otras no parecen tan claras y se asocian, en la mayoría de los casos, a las formas de la educación. Generalmente, este tipo de análisis desconoce que el debate debe ir más allá e interpelar supuestos subyacentes, y que las reformas también deberán apuntar a lo profundo de la lógica del aparato educativo.

Es preciso aclarar que el cambio profundo en la educación, el que parte de sus estructuras político-ideológicos y de una idea de construcción sobre el proyecto social para el cual se educa, supondrá muchas veces un cambio en las formas, en las prácticas de enseñanza, en la planificación, metodología y evaluación pero que, más allá de que ese cambio es necesario, es deseable que necesariamente sea antecedido del análisis y la reconstrucción de los fondos.

En dicho sentido, la escuela moderna se caracterizó por un proyecto social reproductivista. La escuela siempre fue y continúa siendo un espacio de circulación de saberes necesarios para la interacción de los sujetos en la cultura a la que pertenecen. Un proyecto pensado exclusivamente para la reproducción de esos objetos culturales entenderá la escuela como un espacio de enseñanza en el cual los docentes deberán trasmitir ciertas formas culturales, sin la posibilidad de habilitar a los sujetos a la reconstrucción cultural. La analogía del maestro como la jarra con agua y los alumnos como vasos vacíos.

La reproducción de la cultura hegemónica fue, durante muchos años, el fin en si mismo de la escuela. En sociedades con estructuras de clase complejas, el aparato ideológico, como parte de una superestructura, funcionaba al servicio de la reproducción intentando, bajo estrategias metodológicas modélicas y transferibles, que todo se mantuviera tal cual estaba.

La escuela moderna nunca intentó resolver el problema de las diferencias de clase, porque su fondo ideológico no era ese. Tampoco se cuestionaba, porque la escuela, y por tanto la educación formal, siempre estuvo en manos de ellos, de los que se favorecieron históricamente de que todo siguiera tal cual estaba, aquellos que de forma solapada eran protegidos por un sistema político construido por ellos mismos y a su servicio.

Es desterrado de esta manera el concepto del hombre “bien educado” como aquel que acumula conocimientos validados culturalmente, ya que los conceptos que manejan estos sujetos están claramente recortados por la clase dominante. Su cabeza construye un mundo que es el que le construyó un grupo de poder encargado de recortar con su propia tijera aquello que deberán saber tanto como aquello que no deberán saber.

Las formas de la educación cambian con el discurso de la teoría crítica de la enseñanza. El sujeto crítico no es aquel que maneja gran cantidad de conocimiento, aquel que es un producto de la reproducción cultural, sino aquel que ha sido habilitado mediante prácticas realmente liberadoras, a la reconstrucción de esas formas de la cultura hegemónica.

Ser crítico implica un posicionamiento político ideológico sobre un objeto de enseñanza validado socialmente, que posicione a los sujetos en un determinado lugar del espacio social con las herramientas suficientes para la transformación.

Los discursos sobre la criticidad se confunden a diario. No es crítico aquel que cuestiona o interroga como estudiante, sino aquel que tiene la posibilidad de ubicar lo que aprende en un determinado momento sociohistórico, y comprender las formas en que ese objeto se ha construido en su propia cultura, social y políticamente, y las formas en que será posible participar como sujeto activo, desde su potencial reconstructor.

*) Licenciado en Educación Física (ISEF Udelar). Entrenador de fútbol (ISEF-Udelar). Actualmente cursando la Maestría en Didáctica de la Educación Superior (Centro Latinoamericano de Economía Humana).

Director coordinador de Educación Física, del Consejo de Educación Inicial y Primaria/Administración Nacional de Educación Pública. Maldonado-Uruguay.

(ANEP/CEIP). Integrante de la línea “Políticas Educativas y Formación Docente.

Educación Física y Prácticas Educativas”, adscripta al grupo de investigación sobre La Educación Física y su Enseñanza.