A través de un programa que ejecuta el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), las empresas que tributen al Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE) y al Impuesto al Patrimonio, podrán direccionar esos impuestos a financiar emprendimientos culturales y artísticos. El proyecto se denomina Fondo de Incentivo Cultural (FI) y ya tiene 5 años de vigencia.

El contador Luis Panizza y la licenciada Anabella Cosentino, ofrecieron una disertación a empresarios asociados a la Cámara Empresarial del Departamento de Maldonado (CEDM), durante la cual explicaron la metodología y el funcionamiento del FI.

El Fondo de Incentivo Cultural (FI), es un proyecto que se encuentra bajo la órbita de la Dirección Nacional de Cultura dependiente del MEC, y ya se ha consolidado como una de las mejores herramientas para desarrollar iniciativas artístico-culturales en todo el país, en asociación entre artistas y contribuyentes.

El proyecto comenzó a funcionar en el año 2009. Durante estos cinco años, se presentaron 650 proyectos culturales, de los cuales se apoyaron 290 correspondientes a 7 disciplinas culturales y artísticas diferentes, lo que fue posible por el apoyo de 600 empresas.

Estas 600 empresas de todo el país, realizaron un aporte de $ 150 millones. Un acuerdo entre el MEC y la Dirección General Impositiva, otorgó al FI un cupo de $ 34 millones por año para ser deducido de impuestos por las empresas contribuyentes.

La Metodología

Este mecanismo de aporte combina lo que se denomina Responsabilidad Cultural (RC) con la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), ya que no todo el aporte que se realiza para financiar proyectos culturales es deducible de impuestos, aunque sí la mayor parte.

Del 100% del aporte al FI, la empresa puede llegar a deducir del pago de impuestos hasta un 82%, dependiendo de la alternativa de apoyo que se elija. La empresa pude elegir entre aportar a un fondo global o a un proyecto específico.

Si la opción es apoyar un proyecto específico, se puede elegir entre una lista de proyectos previamente aprobados, o sino la propia empresa puede acordar previamente con los gestores de un proyecto y presentarlo.

Por otro lado, los promotores culturales pueden presentar proyectos para nutrir la lista con el propósito de ser apoyados por alguna empresa o por el fondo global. Cada proyecto será examinado por un tribunal técnico que analizará su viabilidad antes de aprobarlo e ingresarlo en el registro de elegibles.

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