El lamentable incendio que tuvo lugar la mañana de éste domingo en una finca precaria del asentamiento Kennedy de Punta del Este, en el que perdieron la vida tres niños, pone una vez más sobre el tapete la necesidad de tomar medidas de protección en los hogares.

El incendio que arrasó una finca precaria del asentamiento Kennedy de Punta del Este, donde perdieron la vida carbonizados una niña de 11 años y dos niños de 4 y 8, pone de nuevo sobre el tapete la necesidad de tomar múltiples medidas para evitar ese tipo de hechos.

Todo indica que una estufa a leña provocó el siniestro que rápidamente se expandió por toda la propiedad de dos plantas, construida con bloques, pero aislada en muchos sectores con madera, otros materiales inflamables y techo de paja, lo que fue presa fácil de las llamas.

Cuando la pareja que estaba en la planta baja se percató de lo que ocurría, ya era demasiado tarde, porque su intento junto a vecinos que llegaron al lugar de llegar al piso superior, donde dormía la hija del hombre y los dos pequeños hijos de ambos, se tornó imposible.

La primera dotación de Bomberos que arribó al lugar, ante el aviso de que en el interior se encontraban tres niños, se abocó rápidamente a intentar sofocar el fuego que ya había tomado toda la casa; luego trabajó para evitar la propagación de las llamas a otras propiedades.

El saldo fue lamentable y pone en escena una vez más, la alta vulnerabilidad a la que están sometidas muchísimas familias en éste y otros asentamientos de Maldonado, donde, las instalaciones eléctricas son irregulares y las paredes y techos de las casas, de materiales altamente inflamables.

De acuerdo a las pericias realizadas, existe la casi total certeza de que todo comenzó en la estufa a leña que había estado prendida la noche anterior, o se encontraba encendida cuando se desató el incendio que nadie pudo detener, arrojando el triste saldo mencionado.

A tener en cuenta

Ante la llegada de los primeros fríos intensos, Bomberos reitera una serie de recomendaciones para proteger los hogares y la vida, tales como evitar colgar o acercar ropa para secar en estufas o calefactores, y nunca dormir con estufas a combustión encendidas.

Nos e debe guardar, acercar o arrojar líquidos inflamables a los medios de calefacción, y cada vez que haya una llama, es necesario dejar un ingreso de aire. El uso de braseros o fuego para calefaccionarse en el interior de las viviendas genera altas concentraciones de monóxido de carbono.

En el caso de las estufas a leña siempre se debe utilizar chispero. Solo deben utilizarse equipos eléctricos cuando la instalación eléctrica este en condiciones, ya que la mayoría de los incendios de origen eléctrico se han registrado por sobrecarga o aparatos en mal estado.

Antes de usar equipos de calefacción o estufas a leña, es imprescindible revisar su estado y realizar una limpieza, por ejemplo de las chimeneas. La mantención previa de estos equipos disminuye considerablemente el riesgo de incendio al utilizarse.

Procurar no dejar al alcance del fuego elementos que puedan arder, como por ejemplo manteles, sofás o cortinas. Si se percibe olor a gas procedente de alguna estufa o cualquier otro aparato, se debe ventilar la vivienda y cerrar la llave del gas, no utilizando fuentes de calor.

Las velas pueden ser peligrosas, por lo cual nunca se deben dejar encendidas sin vigilancia permanente. Se debe controlar el estado de aquellos elementos que se utilizan en la cama (por ejemplo bolsas térmicas, calientacamas y otros) para calefaccionarse.

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