Sergio Márquez, del Frente Amplio, fue quien durante la última sesión del cuerpo expuso sobre la problemática y reclamó la obligación del sistema político de responder con soluciones necesarias y adecuadas.
Sergio Márquez edil (s) del Frente Amplio en la Junta Departamental de Maldonado, dijo que la pobreza infantil en este departamento ha mostrado una tendencia al alza que es altamente preocupante, con un aumento del 72% entre los años 2019 y 2023, pasando del 4,82 % al 8,28%.
“Este incremento es más acentuado que el de la pobreza general en el departamento, que creció un 54% en el mismo período”, dijo, agregando que refleja “un desafío profundo y preocupante”, porque esta situación se esconde “detrás de la imagen de prosperidad que proyecta Maldonado”, y revela una realidad de desigualdad.
“Mientras unos pocos acumulan riqueza, miles de niños viven en condiciones indignas y esa contradicción es el reflejo más doloroso de un modelo que está fallando. No puede ser que en un departamento donde circulan millones en turismo, obras y emprendimientos, todavía tengamos gurises con hambre, descalzos o fuera del sistema educativo”, sostuvo.
Acotó que hablar de pobreza infantil no es hacer oposición, es hacer patria y asumir que la deuda más grande del Uruguay de hoy no es económica, es moral. “Cada niño que crece en la pobreza es una derrota del Estado, es un fracaso de todos los partidos, de todas las gestiones y de todos los que por acción u omisión hemos permitido que eso ocurra”, agregó.
En un tono autocrítico, sostuvo que “la pobreza infantil no se resuelve con discursos, ni con fotos, ni con anuncios. No se combate con canastas, sino con políticas sostenidas, porque los niños no comen promesas ni se educan con discursos. Necesitan un Estado presente, sensible, firme y eficiente y para eso hay que tener prioridades”.
En tal sentido, dijo que el presupuesto departamental debe reflejar un compromiso real con la infancia, porque “no alcanza con destinar partidas pequeñas a programas asistenciales. Hay que poner a la infancia en centro de la política pública, no al margen”, y que se necesitan políticas integrales, “no parches”.
Eso significa, agregó Sergio Márquez, “garantizar alimentación saludable y continua en escuelas y liceos; fortalecer el trabajo de los equipos de salud comunitaria y atención psicológica en zonas vulnerables; crear convenios entre la Intendencia, el Inau y las organizaciones sociales para llegar donde el Estado hoy no llega…”.
Insistió en que se debe llegar a cada barrio como se hace en campaña política, mejorar las frecuencias y las condiciones del transporte público para que los niños y sus familias puedan acceder con dignidad a la educación, la salud y el trabajo, y promover el acceso a la vivienda digna con un enfoque especial en familias con niños pequeños.
Considera no menos importante, “volver a la educación como herramienta de igualdad, porque cuando un niño abandona la escuela por falta de recursos, lo que se pierde no es solo a un alumno, se pierde un futuro”, por lo que se deben asegurar entornos educativos que integren, acompañen y contengan.
“Todo eso requiere decisión política, requiere voluntad de gobernar mirando hacia abajo, hacia los que menos tienen, no solo hacia los que más aportan porque mientras haya un solo niño durmiendo con hambre ningún gobernante debería dormir tranquilo”, insistió, porque “Maldonado no puede seguir siendo el departamento de los contrastes”.
Finalmente, propuso que el Legislativo impulse un plan departamental de protección a la infancia, “con metas concretas y plazos medibles, un plan que comprometa a todos los partidos sin banderas, sin mezquindades, porque la niñez no tiene color político: tiene hambre, tiene frío, tiene sueños que dependen de nuestras decisiones”.

