Luna Echegoyen (13) era hija biológica de su victimario, y vivía en Uruguay desde que tenía 3 años. Su breve vida fue muy dura a medida que pasó el tiempo porque su padre comenzó a despreciarla y a agredirla, principalmente sicológicamente. Su vida terminó cuando el propio progenitor quiso que así fuera en un acto salvaje que tiene conmovida a toda la comunidad.

 

Luna Echegoyen, nacida en Uganda, era hija biológica del coronel ® José María Echegoyen Lequini, de 58 años, producto de una relación que tuvo en 2012 con una ugandesa durante uno de sus viajes a las Misiones de Paz de la ONU en el Congo. Según autoridades del Inau, a los 3 años trajo a Luna a Uruguay en forma legal.

Su paternidad quedó ratificada cuando retornó en 2015 a otra Misión de Paz, y la mujer ugandesa que había tenido a Luna, había tramitado ante la ONU una prueba de paternidad, segura de que la niña -entonces con 3 años-, era hija de aquel coronel uruguayo, que habría violado las disposiciones vigentes.

Los militares en Misiones de Paz al servicio de la ONU, tienen expresamente prohibido vincularse con lugareños. Cómo logró Echegoyen legalizar la venida de Luna a Uruguay encierra muchas interrogantes, porque nadie sabe de alguna sanción u observación por la relación que había tenido en África, de la que su esposa supo y aceptó.

Actualmente Luna vivía con su madrasta Janet en Maldonado, junto a una hija de la mujer y también del coronel Echegoyen, solamente un año menor que ella. Janet y José María Echegoyen estaban casados desde hace al menos 30 años y ya tenían dos hijos varones cuando llegó Luna al seno familiar.

La presidenta del Inau, Claudia Romero, en conferencia de prensa ofrecida al día siguiente del asesinato de Luna a manos de su propio padre -que luego se quitó la vida-, explicó que la niña estuvo en un hogar del Inau en Salto, pero que por la proximidad con sus familiares más cercanos fue que se solicitó su traslado a Maldonado.

Todo empezó en Salto

Luna se vinculó con el Inau en Salto, en noviembre de 2022. Romero contó que ella quería ir sola a la escuela pero su madrastra siempre la acompañaba hasta que un día se escapó y pidió ayuda, en una clara señal de que algún tipo de situación violenta estaba atravesando en el seno de su propia familia.

“Había dificultades en la convivencia, había una historia de violencia doméstica en el hogar”, confirmó la presidenta del Inau, razón por la que en aquel momento ingresó a un hogar en la modalidad de residente. Hasta septiembre de 2023 estuvo en esa condición, hasta que su familia se mudó a la ciudad de Maldonado, con ella.

Pero nuevamente la situación para la niña siguió siendo la misma. Un día, cuando la familia fue de paseo de Maldonado a Salto, Luna nuevamente se presentó en esa ciudad ante dependencias del Inau, para denunciar que era víctima de violencia por parte de su padre por lo que nuevamente ingresó al hogar de la institución.

El segundo ingreso a Inau en Salto estuvo motivado por un acto de violencia física hacia ella. “Había una historia de violencia sostenida, había un desprecio, una distancia con Luna bastante importante”, explicó la presidenta del Inau, lo que permite de alguna manera comprender porque el caso tuvo un triste desenlace.

Finalmente, como sus vínculos familiares estaban en Maldonado, se autorizó el traslado a esta ciudad donde tendría como referente a Janet, su madrastra. En ese tiempo apareció una tía paterna que comenzó a tramitar la tenencia de la niña, incluso tuvo un acercamiento que fue calificado como “bueno” por el equipo de Inau.

Es entonces cuando vuelve a aparecer Janet y Echegoyen en escena, hasta que el hombre un día se hace presente en la escuela a la que la niña concurría, desde donde se dio cuenta del hecho al Inau. Fue cuando se solicitaron medidas cautelares para Echegoyen porque era claro que Luna estaba en riesgo.

Claudia Romero confirmó que esas medidas restrictivas se mantuvieron hasta mayo de este año, porque durante una entrevista de Luna con los técnicos del Inau, ella manifestó que no quería revincularse con su padre, aunque luego le dijo a su defensora que sí, que deseaba restablecer el vínculo familiar.

“Más que querer revincularse con esta figura (su padre) era porque quería participar de algunas actividades familiares, en las que ella no podía participar porque estaban las medidas cautelares”, explicó la presidenta del Inau. La niña deseaba estar en cumpleaños y reuniones familiares aunque nunca sola con su padre.

Frente a esa situación es que en mayo se le levantaron las medidas cautelares al coronel retirado, aunque se pidió una prórroga de un mes (hasta el 24 de junio pasado) a efectos de que el Inau estableciera los criterios y protocolos para el proceso de revinculación de la niña en un ámbito en el que ya había sido agredida.

Durante una audiencia en la fecha mencionada, es que definitivamente se levantaron las medidas. Una de las condiciones era que a fines de agosto se presentara un informe, pero antes el equipo del Inau a cargo del caso constató que no se estaba cumpliendo y elevó precisamente la mañana del día que fue ultimada Luna, el informe mencionado.

Allí se pedía una pericia psicológica y psiquiátrica para José María Echegoyen Lequini, quien, reiteró la presidenta del Inau, ejercía fundamentalmente violencia psicológica sobre su hija; no hay ningún dato de violencia sexual. A pesar de todo lo narrado, nunca hubo denuncias formales, ni de la niña ni de Janet, la esposa de Echegoyen.

Con la madre biológica, “hace mucho tiempo que no se tiene contacto; incluso se trató de tener una conexión y no se tuvo; sí lo que surge del expediente, es que al principio había una suerte de conexión que incluso se establecía más con Janet que con Echegoyen, pero después de un tiempo no se tuvo más contacto con ella”, reveló Romero.

La tarde del final

Este martes 19 de agosto en las primeras horas de la tarde, Janet llevó a Luna a una consulta con una fonoaudióloga en el centro interdisciplinario SAF, ubicado en la esquina de calles Román Bergalli y Zelmar Michelini, en Maldonado. La dejó allí y se retiró a llevar a su otra hija a clases de inglés para retornar más tarde a levantar a Luna.

Fue en ese umbral de tiempo que Echegoyen se presentó en SAF, preguntó por Luna, le dijeron que estaba en consulta y decidió esperar. Cuando salió la invitó a retirarse pero ella si bien no se negó dijo que esperaría a Janet. Fue en ese momento que el hombre salió (probablemente a su coche), tomó un arma y retornó.

Sin mediar palabra y en medio de otras personas e incluso otros menores, le efectuó dos disparo a Luna que murió en el acto. Inmediatamente, se colocó el caño del arma en una sien y se disparó. Cayó desplomado y aunque poco después lo trasladaron con vida a un sanatorio privado, horas más tarde dejó de existir.

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