La ministra de Vivienda, Tamara Paseyro, dijo que, en este Día de la Vivienda Rural, la cartera que dirige asume públicamente uno de sus principales compromisos para el quinquenio 2025-2030: comenzar a erradicar los agrupamientos rurales irregulares.
El Día de la Vivienda Rural se celebra este sábado 17 de mayo y, en conmemoración, Mevir anuncia uno de sus principales objetivos para el quinquenio a través del programa Mevir-AIR (atención a Agrupamientos Irregulares Rurales), enfocado en la regularización y mejora de los asentamientos rurales informales.
El desarrollo de este programa, “fue interrumpido en el período de gobierno 2020-2024”, indicó el gerente general de Mevir, Gonzalo Balarini. El objetivo es dar respuesta a situaciones dispersas en todo el territorio, atendiendo agrupaciones de entre 10 y 30 familias con muy mala infraestructura.
Tienen carencias en materia de agua potable, saneamiento y electricidad, y residen en viviendas en general precarias o insuficientes y con problemas de regularidad de la tierra. Los tipos de agrupamientos que alcanza el plan son: asentamientos irregulares en suelo urbano de pequeñas localidades, asentamientos irregulares en suelo rural, agrupamiento irregular rural de baja densidad y otros tipos.
Asimismo, “esta administración busca retomar el espíritu fundacional de Mevir, cuya razón de ser fue, desde su creación en 1967, la erradicación de los rancheríos rurales”, agregó Balarini. “El objetivo de las políticas a aplicar es que ninguna familia rural continúe viviendo en condiciones inaceptables de precariedad o aislamiento”, añadió.
Los agrupamientos rurales, en general, están integrados por familias ocupantes de la tierra desde hace 20, 30 o más años, “heredada” en sucesivas generaciones, pero que no son propietarias, por lo que deben realizar la prescripción adquisitiva treintenaria o el Estado podrá expropiar la tierra y adjudicárselas a las familias.
La producción desarrollada en los predios donde se ubican los agrupamientos rurales es de subsistencia. Desde el punto de vista laboral, en general las familias trabajan en establecimientos agropecuarios de los alrededores, en época de zafra. Desde Mevir aseguran que las viviendas de los agrupamientos son extremadamente precarias.
Además, que no cumplen con las necesidades básicas: falta de agua potable, saneamiento y en algunos casos de electricidad, dimensiones de las viviendas insuficientes para el número de habitantes y construidas en materiales como terrón, paja o chapa que son inadecuados o están en pésimo estado de conservación.
Se sabe que se presentan situaciones de aislamiento, sin medios para trasladarse y donde predominan caminos vecinales que están en mal estado y son inundables. Son familias con escasos ingresos y elevada presencia de menores de edad, razones por las que el Ministerio de Vivienda decidió enfocarse en ellas.