Aunque el verano pasado algunos buques recalaron en la bahía de Maldonado, el descenso de los cruceristas se debía realizar bajo un estricto protocolo por lo cual las actividades fueron muy restringidas. Para esta temporada se espera el arribo de 57 buques.

 

La mañana de este miércoles 7 de diciembre, fondeó en la bahía de Maldonado el crucero “Seven Sesas Mariner”, de 216 metros de eslora, 8 cubiertas y 342 suites, transportando 684 pasajeros y 467 tripulantes, en lo que se constituye en el primer arribo de la temporada 2022-2023.

Desde el 13 de marzo de 2020 (hace 999 días) no se operaba con normalidad en los puertos uruguayos, ya que si bien el verano pasado hubo arribos tanto en Punta del Este como en Montevideo, fue solamente respetando estrictos protocolos sanitarios que limitaron las actividades de los turistas.

La nueva temporada a pleno se inicia esta jornada con el arribo de este buque, proveniente de Malvinas. Eso implica un gran movimiento en toda la zona costera con epicentro en el puerto de Punta del Este donde ya comenzaron a operar los tender entre el buque y tierra firme.

Para esta temporada están previstos 57 arribos a Punta del Este y 130 al puerto de Montevideo, con lo que ello implica en materia de prestación de servicios de transporte, guías y otros, ya que los cruceristas podrán movilizarse sin limitaciones durante las cortas estadías en Uruguay.

El año pasado, la temporada se abrió el 4 de diciembre, con el arribo del crucero de lujo de bandera noruega “Viking Jupiter”, el primero en recalar en Punta del Este en los últimos 20 meses. El buque no estaba en el calendario pero ante la imposibilidad de recalar en Buenos Aires, lo hizo en puertos uruguayos.

Aquellos protocolos

Los protocolos para el descenso de los turistas durante la pasada temporada fueron estrictos y limitaron distintas actividades que los cruceristas suelen realizar. Para el desembarco se solicitaba la presentación de un resultado de detección de SARS-CoV-2 “negativo”, realizado no más allá de las 24 horas previas del desembarque.

El procedimiento del desembarco tanto en pasarela como en terminal debía regirse por el protocolo de la ANP (Administración Nacional de Puertos) e incluía la presentación de un registro de itinerario a Sanidad Marítima y Fluvial del Ministerio de Salud Pública.

En caso de que el traslado de los cruceristas dentro del territorio nacional se realizara en grupo, en vehículos previa y expresamente contratados para tal fin, se tenía que contar en todos estos casos con un adecuado registro del personal uruguayo que prestó servicios a dicho grupo de pasajeros.

Incluía a camareras, mozos, choferes, maleteros, guías, etcétera, y debía ser adjuntado al registro de itinerario, para permitir el alerta temprana en caso de que alguno de ellos presentara síntomas de la enfermedad o fuere diagnosticado con Covid-19, en los 14 días posteriores a haber estado en contacto con los turistas.

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