Un delincuente carolino de 20 años de edad, fue enviado a la cárcel luego de protagonizar un incidente en un bar de San Carlos. Como le negaron cigarrillos, amenazó a la dueña del comercio con prenderle fuego, y le provocó daños al vehículo de un parroquiano.

El Juez Penal de 1er. turno de San Carlos, procesó con prisión a Leonardo Esmir Gutiérrez Cal, de 20 años de edad y poseedor de varios antecedentes penales, por la presunta comisión de los delitos de violencia privada y daño especialmente agravado en reiteración real.

La pasada semana en horas de la madrugada, mediante un llamado al teléfono de emergencias 911 se solicitó la presencia de la Policía, por un desorden que estaba provocando un individuo en el interior de un bar de la calle Sarandí de la ciudad de San Carlos.

Un móvil policial del Distrito 3 concurrió al lugar y procedió a intervenir a quien fue señalado como el promotor de los problemas. Gutiérrez Cal fue denunciado por haberle exigido cigarrillos a un parroquiano, y por haber amenazado a la dueña del local de prenderlo fuego.

Cuando le negaron cigarrillos se tornó agresivo por lo que la comerciante le pidió que se retirara del bar. El delincuente se fue pero amenazando con volver y prender fuego el local; en el exterior, provocó daños en el coche del hombre que le había negado cigarrillos.

Al llegar la Policía, el iracundo sujeto volvió a ingresar al bar amenazando a la dueña, por lo cual fue detenido y trasladado a dependencias de la seccional 2ª donde tras ser interrogado, quedó a disposición de la Justicia que, al día siguiente lo envió a prisión.

El año pasado

En los primeros días de febrero de 2016, este sujeto había sido procesado sin prisión por un delito de receptación agravada. La Justicia de San Carlos, le impuso como medida sustitutiva la concurrencia a Narcóticos Anónimos y arresto domiciliario nocturno por 120 días.

Junto a otro individuo, fue responsable del robo de una moto marca Baccio PX 110 c.c., que poco más tarde fue encontrada abandonada en una calle de la periferia de la ciudad. Con una serie de testimonios la Policía fue directamente tras los pasos de Gutiérrez Cal.

Durante los interrogatorios posteriores, admitió haber recibido la moto de otro individuo, pero negó rotundamente haber participado en su hurto. Empero, reconoció que pensaba venderla para repartir el dinero que obtuviera con su compinche, para adquirir drogas.

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