*) Daniel Pelenur MBA

Manejamos, dirigimos, trabajamos e impartimos ordenes, trazamos objetivos, vamos y venimos, actuamos por impulso, actuamos con cierta planificación, actuamos según el día que nos levantamos, tomamos decisiones criticas con fundamento razonable y solamente emocionales; dejamos que la noticia o el comentario cercano influyan en el quehacer del día o modificamos posturas sin mucho respaldo del porque…

Sentido común: algunas palabras o frases que hacen a estas dos palabras tan importantes: Prudencia, lógica, naturalidad, capacidad, orientación, razonabilidad, funcionalidad.

Si pudiese parar un momento y pensar en mis decisiones y mi empresa, en mi gente y en mis colaboradores cercanos, si tuviésemos ese momento de sentarnos y desarrollar algún tipo de esquema que nos ayude a contemplar mi horizonte, a poder darme cuenta de lo que está pasando, a parar y ver, a despejarme.

  • Debo ver lo que puede funcionar, no ser perfeccionista
  • Saber distinguir lo que me rodea, es decir, el constante cambio que se produce en los factores externos a mi empresa, mercado y ambiente regulatorio
  • Invertir en capacidad, dentro de mi organización y dejarme asesorar por la gente que me puede dar una luz para la toma de decisiones. Invertir en capacidad es tener confianza en mis empleados, pagarles bien, lo razonable, motivarlos, hay que acordarse siempre que es el activo más importante de mi empresa, la gente que trabaja conmigo. Que sea parte de mi equipo, el otro día leí algo espectacular:  un empleado motivado, bueno, cuesta dinero a la empresa, un empleado no motivado, no en sintonía con el trabajo, la cultura y el espíritu de equipo, cuesta el doble que el empleado motivado…
  • Trabajo en equipo, puertas gerenciales abiertas, horizontalidad en la toma de decisiones, tratar de que no nos gane el impulso.
  • Los empleados también son seres humanos, tienen sus vidas, su trabajo y su horario, respetar esto, actuamos generalmente en nuestro mundo y no nos damos cuenta del otro, el otro es igual que nosotros, pero como yo soy el jefe y supremo de la organización, no tengo en cuenta otras vidas, llego a última hora para hacer algo, llego con mis tiempos y no el tiempo de los otros, no me importa, no me doy cuenta…
  • Trabajar acorde con mis proveedores, estos deben tener cierta capacidad como “socios estratégicos “de mi organización, no los debo tratar como un enemigo en el cual mi intelecto piensa que estoy pagando costos altos y plazos cortos.  Costos altos y plazos cortos de pago solo si no negocio, si no tengo el tiempo de sentarme con el proveedor a trabajar en conjunto, El proveedor es otra empresa, y cuida sus intereses igual que los míos.  Llegar a equilibrio, dar y recibir mutuamente, establecer confianza mutua.

Todas estas premisas, y las hay por decenas más, son fundamentales para que mi organización, mi empresa familiar subsista. El que más tiene que esforzarse soy yo, el dueño, el gestor, el capacitador, el creativo,  pero yo no soy todo esto.

Debo conocer mis limitaciones y delegar, en funcionarios, en familia, en asesores,  formar un equipo que pueda pensar, desarrollar objetivos para mantenernos vivos; que nuestro flujo de efectivo sea el necesario para entregar al motor de la empresa el combustible para hacerla funcionar, pagar mis sueldos, pagar mis insumos, pagar mis impuestos, y dejar una ganancia razonable para acumulación de riqueza.

Sentido común, facultad esencial para mi empresa y para mi vida…

*) Master en Administración de Empresas (New York University). Ocupó cargos gerenciales de primer nivel en áreas administrativas financieras en importantes empresas en Montevideo y Buenos Aires. Docente Universitario. Desde el 2008 hace consultoría y capacitación en empresas familiares en áreas de Administración, Contabilidad, Finanzas y Organización. Cel. 099 141 417 - Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

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