*) Mauro Mendiburu Benedetto

Previo a las elecciones de noviembre, todos los pronósticos financieros ante una eventual victoria de Donald Trump en las elecciones de U.S.A., vaticinaban el peor de los escenarios para el cierre del 2016, y para el mandato del entonces candidato por el Partido Republicano.

Los mismos iban desde el Dow Jones cayendo a niveles de 12.000 puntos, fuga de capitales hacia la seguridad (fly to quality) de metales como el oro, la plata o el bono de U.S.A, y altísima volatilidad de los mercados.

Pues, al igual que las tan desacreditadas encuestas electorales, los resultados fueron muy diferentes.

El Dow Jones llegó a los 19750 puntos, un incremento del 13.5% desde el pánico inicial de la mañana del 9 de noviembre. El índice S&P subió un 11.2%. Las bolsas de U.S.A., no solo alcanzaron records históricos, sino que vieron ganancias extraordinarias en apenas un mes.

Impulsadas por las acciones financieras que subieron 19,8% a las que ni siquiera el escándalo de Wells Fargo lograron detener. Las acciones de medicamentos subieron un 6.5% en la misma jornada post electoral. Las acciones energéticas subieron 10.3%, y las industriales 10.9%. Casi no se encuentran papeles perdedores en Wall Street en este último mes.

Los candidatos a refugios fueron los más castigados. El oro cae 9.5% hasta los Usd 1155 la onza. La plata cayó 8%. El yen japonés y el euro cayeron frente al dólar, a mínimos de varios meses.

Y los grandes perdedores fueron los títulos a largo plazo de los emergentes, comandados por México. En la región, los bonos argentinos a 30 años se desplomaron un 17.36%, y los de Brasil a similares plazos un 17%. Los de corto plazo, un poco menos pero siempre sobre el 10%. El real de Brasil sufre presiones desde el mismo día de las elecciones.

Me pregunto dónde se encuentran hoy los que sugerían comprar títulos de estos países por sus excelentes previsiones económicas de corto plazo, y por su buena administración pública estilo CEO.

Todo ello se suma a las dificultades que ambos países tienen por su excesivo endeudamiento público y privado. Es que las políticas económicas de los presidentes Temer y Macri han sido por demás inadecuadas para enfrentar las dificultades que viven esos países. Sus inapropiadas políticas económicas hacen pensar al inversor en el riesgo de colocar sus ahorros en países muy mal administrados.

Parecería que los fondos internacionales que habían aplaudido a los flamantes gobernantes, ahora les dan la espalda, con los mismos argumentos y críticas que hemos tenido quienes señalábamos las inconsistencias de sus políticas económicas. Increíblemente, tenía que ganar Donald Trump para que todos se dieran cuenta de ello.

*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.

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