A pesar de que en 2022 se había hecho cargo de la finalización del proyecto un consorcio integrado por promitentes compradores, Faroy S.A., la misma firma que no había podido proseguir con las obras, fue nuevamente contratada.

 

La obra estaba a cargo de la firma Faroy S.A., la misma que acordó en julio de 2022 con un consorcio de copropietarios, dejar la construcción por problemas financieros. Lo nuevo es que ese consorcio otra vez habría contratado a Faroy S.A. que ahora -aparentemente sorpresivamente-, abandona las obras en la lujosa torre de Punta del Este.

Unos 100 trabajadores de la construcción fueron cesados el 30 de abril por la empresa Faroy S.A. que nuevamente estaba a cargo de las obras en la aún inconclusa Trump Tower de Punta del Este, lo que motivó la realización de una asamblea y la intervención del Sunca Maldonado que está evaluando la situación.

Faroy S.A., es la misma empresa que en julio del año 2022, había llegado a un acuerdo con un consorcio conformado por promitentes compradores de apartamentos en la lujosa torre de la Brava de Punta del Este, porque también por problemas financieros no podría continuar con las ya muy atrasadas obras.

Aquella negociación incluyó la devolución del hotel El Campanario que había sido adquirido por los directores de Faroy S.A. contra la entrega de cinco apartamentos de la Trump Tower. A partir de ese momento, además, fueron vendidas varias unidades que salieron al mercado a precios atractivos.

La construcción de la Trump Tower se detuvo en 2019 generando diversos problemas, incluso con los últimos 40 trabajadores que en aquel momento se encontraban en seguro de paro y fueron despedidos. Retornarían a la obra el 1° de diciembre de ese mismo año, pero en octubre se anunció la paralización total.

La empresa Faroy S.A., a cargo del proyecto, había planteado hacer una pausa mientras solucionaba problemas financieros vinculados a la situación argentina y a la lenta comercialización de las unidades. Los inversores, precisamente, eran argentinos: Moisés Yelatti y Felipe Yaryura, éste último fallecido en agosto de 2018.

Lo que ahora se revela, es que esa misma empresa fue nuevamente contratada por el consorcio de promitentes compradores, para la finalización de una serie de áreas de la torre. El lanzamiento del emprendimiento se realizó en el verano de 2013, por lo que ya ha quedado atrás una década sin que se concluya.

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