El Instituto Sudamericano para Estudios sobre Resiliencia y Sostenibilidad (SARAS), celebró recientemente su VII ciclo de conferencias denominado en esta oportunidad “Humanidades y Ecología para el siglo XXI”. El evento tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Maldonado, y contó la participación de notables académicos de diversos ámbitos.

Durante el VII ciclo de conferencias de SARAS, denominado “Humanidades y Ecología para el siglo XXI”, reconocidos académicos dialogaron sobre la sinergia existente entre las artes visuales, la literatura y la ética en relación al desarrollo de la conciencia ecológica.

Algunos de los renombrados expositores fueron Eduardo Gudynas, secretario ejecutivo del Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES); Jorge Marcone, de la Universidad Rutgers e integrante de SARAS; y Mark Anderson, de la Universidad de Georgia.

También, Ana Solari, escritora y autora de “El Señor Fischer”; Rachel Price, de la Universidad de Princeton; y Leandro Delgado, de la Universidad Católica del Uruguay, entre otros. La diversidad y pluralidad de voces de los expositores, dan cuenta del objetivo de la conferencia y el de las propias Humanidades Ambientales.

El evento comenzó con la exposición de Gudynas, quien en su disertación, llamada “Sociedad y ambiente. Humanidades y Naturalidades”, planteó muchas de las interrogantes que luego fueron tratadas en el resto de los paneles, llamando a la “comprensión de una naturaleza local y global”.

Dijo que se debe dejar de lado “la petulancia” en la que ha caído el ser humano con respecto a la creencia de que puede “gerenciar y administrar la naturaleza”. Sostuvo que “hay una concepción de que la naturaleza silvestre cabe en la palma de la mano porque se ve en un zoológico o en un documental en la televisión”.

El experto señaló que, “esto enfrenta urgencias distintas para lidiar con temas ambientales”, como concebir que “la separación entre social y ambiental no es tal, sino que están solapadas una con otra”, y que “según el discurso occidental, la valoración importante (de los recursos) es la valoración económica”.

Eduardo Gudynas, enfatizó que, “la tarea de los últimos años ha sido una tarea de humildad, de entender que hay otros mundos distintos y es imperiosa porque tenemos que trazar todas las posibilidades de desarrollo”.

En los paneles, se tocaron temas como el cine, el arte plástica, la pintura y la literatura, en relación con la ecología. George Handley, planteó una ponencia titulada “Religión, cambio climático y pos secularismo en las Humanidades Ambientales”, uno de los temas centrales de la jornada.

Handley fue muy enfático al afirmar que se puede “poner en riesgo el clima” al pensar que “es más importante establecer la cosmovisión correcta” que “colaborar entre las diversas cosmovisiones del mundo”, y apuntó que “el cambio climático requiere que aprendamos a pensar desde perspectivas múltiples”.

Marcone, en tanto, y en relación a lo planteado por Handley, se refirió a la película Avatar, de la que criticó el rol del hombre blanco como salvador en el filme y aseguró que “es de rigor lamentar que sea una figura que le menoscaba indirectamente competencia e inteligencia a los líderes indígenas”.

Otra de las ponencias que se presentó fue la de Víctor Vich, de Pontificia Universidad Católica del Perú, quien brindó detalles del Plantón Móvil, movimiento que ya contó con 4 manifestaciones en el país incaico, y que consiste en intervenir las calles con plantas y flores con el fin de “reclamar una vida más digna”.

Para el especialista, que recibió varios cuestionamientos con respecto al Plantón Móvil y a su objetivo, “la intervención es como todas las intervenciones en un contexto social, pero no le quita el simbolismo y su aporte a la construcción de un archivo que tiene que funcionar como una imagen a su futuro”.

Mirian Carballo, de la Universidad Nacional Argentina, ingresó en el análisis estrictamente literario y se refirió a la novela distópica de Pablo Potkin llamada “Un Futuro Radiante”, en el que “catástrofes ambientales urbanas llevan a la sociedad de Buenos Aires a la ley de la selva”.

Carballo sostuvo que el libro es una “descomposición social como efecto de las fallas humanas que provocan las explosiones químicas” y dijo que proyecta una “sociedad indeseable”. Al margen, Solari aclaró que ella “no escribe sobre el medio ambiente, sino que es el ambiente el que se mete” en lo que escribe.

Como resumen del evento, Jorge Marcone consideró que “hay muchas expectativas de lo que el arte y la literatura pueden hacer por la sostenibilidad y por la resiliencia”, aunque dijo no tener “del todo claro que los propios artistas, escritores y literatos entiendan siempre que hay esa expectativa sobre ellos o que estén dispuestas a asumir esa responsabilidad”.

En ese sentido, Marcone llamó a seguir trabajando en el tema y aseguró que cree “que es un proyecto que va a continuar porque las soluciones no van a provenir de un solo sitio y las soluciones tienen que estar de acuerdo a las peculiaridades de la gente y a dónde vive la gente”.

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