En las últimas horas de este miércoles 9 de mayo, la Justicia de San Carlos procesó con prisión (por el viejo código) a el “Dani” Larrechart, imputado por la presunta comisión de un delito continuado de negociación de estupefacientes. Cayó en medio de la investigación por un homicidio ocurrido el 27 de octubre del año pasado.

El Juez Penal de 2° Turno de San Carlos, dispuso el procesamiento con prisión de Pablo Daniel Larrechart Laluz, de 39 años, como autor de la presunta comisión de un delito continuado de negociación de estupefacientes, previsto en el Artículo 31 de la Ley N° 14.294.

El “Dani” se encontraba requerido por la Justicia desde el mes de octubre del año pasado, en el marco de la investigación del homicidio de Eduardo Daniel Melo Álvez, de 26 años, ultimado en el barrio Rodríguez Barrios de la ciudad de San Carlos.

Por aquel caso fueron procesados con prisión dos individuos en tanto que, durante una serie de allanamientos, se incautó dinero producto de la venta de sustancias estupefacientes, entre otros efectos. El ahora procesado quedó en la mira por su presunta vinculación con el hecho.

Una de ellas

El rápido y eficaz accionar de investigadores del Distrito 3 con base en la ciudad de San Carlos, llevó al esclarecimiento en poco más de 24 horas del asesinato de Eduardo Daniel Melo Álvez, de 26 años, ocurrido en el barrio Rodríguez Barrios de esa ciudad el 27 de octubre.

Un día después, fue a prisión Orlando Marcelo González Acosta, por la presunta autoría de un homicidio agravado por el uso de arma, un delito de suministro continuado de estupefacientes a título oneroso, agravado por la participación de un inimputable (menor), y un delito de tenencia no autorizada de armas.

Este sujeto, que contaba con un antecedente penal por abigeato, ultimó a Melo Álvez de 7 disparos, luego de haber tenido algunas desavenencias cuando éste último llegó a la boca de venta de drogas que regenteaba. El cuerpo apareció al amanecer en la calle Ventura González.

González Acosta estaba al frente de una boca en una casa deshabitada, pero que frecuentaba cada noche para realizar las ventas. La finca, sería propiedad de “Dani” Larrechart, quien a esa altura ya había estado varias veces en prisión por delitos vinculados a las drogas.

La propiedad contaba con circuito cerrado de cámaras de seguridad (que no estaba funcionando) y un monitor de 50 pulgadas para controlar todos los ingresos a la casa, que además estaba totalmente cercada por rejas de metal. Junto al homicida había un menor de 14 años.

Aunque en principio se sospechó que éste último pudo haber tenido algún tipo de participación en el hecho de sangre, se pudo probar que solamente fue testigo de lo ocurrido, aunque habría ido hasta el lugar donde cayó herido Melo Álvez para comprobar que efectivamente había muerto.

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