LUNES 11 DE ABRIL. En cada monumento de ARTIGAS… colocamos ramos de árboles nativos o flores.
ANTES
El 18 de Julio de 1830 nace la REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY. En Octubre de ese año llega a la presidencia de la república el general Fructuoso Rivera. Había 74.000 personas contadas en todo el territorio de la nueva nación.
Los ciudadanos que no sabían leer o no poseían propiedades o no se vestían bien… no podían votar, los empleados y militares no podían votar. Por lo mismo muy poca gente había votado para elegir los parlamentarios que luego elegían al Presidente.
La patria no solo emergía con un sinnúmero de problemas sociales y económicos, sino que además quedaba por resolver que hacían con los gauchos y los Charrúas.
Ya a esa altura se tomaba por Charrúas a todos los indios supervivientes, aunque hay quienes sostienen que sobre todo los Minuanes estaban mesclados con los Charrúas, así como criollos y negros perseguidos por la ley que en la comunidad de los toldos se encontraban en libertad.
CAMPANA DE PALO
Dice Daniel Vidart que “las estancias cimarronas estaban en crisis. Ladrones de cuero y de ganado se habían adueñado del país interior. Al norte del Rio Negro reinaba una situación caótica. Forajidos con otra ley que la del cuchillo en la que no iban en zaga los Charrúas sobresaltaban con sus robos a los establecidos con sus peonadas.”
Había unos 500 guerreros Charrúas al momento más las familias, diseminados en diferentes tolderías. Rondeau, Lucas Obes y Juan Antonio Lavalleja advertían que había que proceder con mano firme tanto con gauchos como con indios. “Hay que reducirlos al estado de orden y escarmentarlos” proclamaba Lavalleja.
Claro que las enormes ganaderías de aquellos tiempos bastaban para alimentar a todos los Orientales. Pero como dice Vidart “las razones del indio y las del pobre suenan como campana de palo. Nadie la escucha.” Apenas Rivera llega al gobierno, atiende urgencias, vende tierras del estado para pagar deudas… y delega el mando. Abandona Montevideo y se va a terminar con “el problema de los indios”.
Invita Rivera, toldería por toldería, a sus viejos amigos y aliados, los que habían combatido a su lado en épocas de Don José y después, con los Treinta y Tres, en Rincón, en Ituzaingó, o lo habían acompañado a las misiones.
Los invita como amigos, a tomar parte de una excursión contra los portugueses viejos enemigos de los Charrúas. Y mientras habla, va concentrando un ejército de más de 1.000 hombres a los que debemos sumar escuadrones guaraníes y guaicurúes, militares brasileños y hasta porteños que se les suman.
No eran fáciles los Charrúas. No todos los caciques Charrúas concurrieron. Algunos desconfiaron y permanecieron lejos. El 11 de abril de 1831 en las cercanías de la cueva de la tigra, en la horqueta que forman la desembocadura del arroyo Tiatucura con el arroyo Salsipuedes, allí en ese potrero natural, fueron emboscados.
Seguro que murieron muchos más que los 40 consignados en el parte oficial y también muchos más que un solo oficial como dicen las letras del gobierno cuando habla de sus muertos.
LA CACERIA
Pocos charrúas pudieron escapar y por eso la cacería, a cargo del coronel Bernabé Rivera, sobrino del Gral. Presidente se extenderá hasta 1832. En Agosto del 31 mata 15 indios entre niños mujeres y guerreros. Luego viene la matanza en lo “del viejo Bonifacio” donde también el cacique Venado cayó a traición con más de 10 de sus guerreros. En el hoy departamento de Artigas, zona de Yacaré Cururú, Polidoro le tiende una trampa y mata a su perseguidor. Ya estamos en 1832.
LA NACION CHARRUA MUERE DESPUES
A las familias prisioneras las envían a la cárcel o al exilio a sus hombres. A las mujeres solas las ponen de peonas de todo servicio en las estancias. A las madres Charrúas las separan de sus hijos. Meses de llantos y muertes de dolor no conmovieron al Montevideo de 1830.
Los niños ya nunca sabrán como sonaban las palabras de la tierra en el lenguaje de sus abuelos. Pero la etnia Charrúa tuvo supervivientes. Unos se mudaron a la zona de Paso Fundo en Rio Grande Do Sul y otros dispersos por el mapa argentino, en Entre Ríos, Santa Fe o El Chaco.
LOS ULTIMOS CHARRUAS
En nuestra patria uruguaya, mucho más tarde, en 1850 reaparecen algunas tolderías en Salto y sobre todo en Tacuarembó. Ya en el siglo XX aparecen denominados “El último Charrúa” en varios lugares del interior: el Indio Juárez, de Mansavillagra, Florida; el querido Indio Miguel, que murió con más de 117 años y fue sepultado en el cementerio de Pan de Azúcar. El Indio Lino de Tacuarembó que murió con 116 años, sin olvidar a Ramón Figarola también de Tacuarembó que murió en 1976 en el hospital Pasteur.
Recientemente es en Tacuarembó que muere un gran referente, abuelo ilustre en la fiesta de La Patria Gaucha, nos referimos a Bernardino García Lemos, bisnieto de Sepé, considerado el último cacique charrúa.
(Autor del libro Canaexe: Charrúas sobrevivientes de Salsipuedes en el Chaco. Editorial: Rosebud Ediciones, 1997. ISBN 10: 9974638070 ISBN 13: 9789974638075)
*) Periodista, Conductor. Programa “La Plaza”, Canal 12, Melo, Uruguay