*) Enrique M. González Vilar Laudani
¿Pensás que estas teniendo un mal día?. Te cuento un par de historias que salieron en dos diarios de Estados Unidos, varios años atrás:
“Las autoridades de los bomberos en California encontraron un cadáver en una parte totalmente quemada de un bosque, mientras evaluaban los daños causados por un incendio forestal.
Los restos eran los de un hombre vestido con un traje de buceo, los tanques de oxígeno en la espalda, máscara y patas de rana puestas. La autopsia reveló que no había muerto a causa del fuego, sino por graves lesiones internas causadas por un gran golpe. Gracias a los registros dentales pudieron identificarlo.
Los investigadores trataron de averiguar cómo había llegado este hombre al medio de un incendio forestal. Las conclusiones dieron el siguiente resultado: El día del incendio, el muerto estaba buceando a unos 40 kilómetros del lugar.
Los bomberos buscando controlar el fuego rápidamente, enviaron una flota de helicópteros con unos enormes recipientes para transportar el agua sacándola del mar y transportándola al lugar del incendio. Esto se realizaba sumergiendo los recipientes gigantes y llenándolos de agua marina, mientras el helicóptero volaba a baja altura. ¿Adivinen qué pasó?.
Un instante el buceador estaba como delfín en medio del mar y al siguiente, estaba nadando con estilo pecho en un enorme recipiente a 100 metros del suelo.
Aparentemente, él logró apagar exactamente un metro setenta centímetros del fuego, tanto como su altura. Ciertamente Hay días qué es mejor no levantarse de la cama”. Si seguís pensando que estás teniendo un mal día, lee la otra historia.....
“Un hombre estaba trabajando en su moto en el patio de su casa, mientras su esposa cocinaba. Tenía el motor en marcha, en neutro, para revisar el funcionamiento. Accidentalmente puso una de la marchas, estando sujeto al manubrio de la moto y el hombre fue arrastrado por la misma, atravesando la puerta de vidrio del patio.
Quedó, junto con la moto, tirado en el piso dentro de la casa. La esposa al oír el ruido entró corriendo a la sala y encontró a su marido desparramado en el suelo, golpeado y sangrando, con la motocicleta a su lado y lleno de vidrios a su alrededor.
Ella llamo a Emergencias, pese a que su esposo no estaba grave, y en pocos minutos llegó la ambulancia. Como la casa estaba sobre una colina grande ella tuvo que bajar varios niveles por la escalera para guiar al equipo de paramédicos, hasta dónde estaba su esposo.
Después que la ambulancia llevo al herido al hospital, la mujer entró a su casa. Sacó la moto nuevamente al patio, juntó los vidrios y la gasolina que se había derramado en el piso, la limpió con unas toallas de papel, las cuales tiro en el inodoro.
Mientras tanto, luego de haber recibido los primeros auxilios y las curaciones correspondientes, el accidentado, ya repuesto, volvió a su casa rápidamente. Al entrar, miró la puerta del patio destrozada, la moto rota, y con este panorama desalentador, prendió un cigarrillo y se dirigió al baño.
Se sentó en el inodoro, lamentándose por su mala suerte y despotricando hacia todas las direcciones posibles. Cuando terminó de fumar, aún sentado, dejó caer el cigarrillo en el inodoro para que se apagase con el agua...
La esposa en la cocina, sin saber que su esposo había regresado, oyó una fuerte explosión y los gritos de su marido. Espantada nuevamente, entró corriendo al baño y encontró a su esposo tirado en el suelo los pantalones bajos, mostrando quemaduras en las nalgas, en la parte de atrás de sus piernas y en la ingle.
Nuevamente fue corriendo a llamar a la ambulancia, y del hospital mandaron al mismo equipo de paramédicos que lo había atendido hacia poco rato. Los condujo hacia el lugar del accidente y esta vez los acompañó.
Los hombres colocaron al esposo en la camilla y mientras bajaban las escaleras, uno de ellos le preguntó a la mujer cómo se habían producido las quemaduras. Ella les contó y los hombres, muy a pesar de ellos, empezaron a reírse tan fuerte que uno tropezó, haciendo caer al paciente de la camilla.
Este pobre y desdichado hombre rodó por las escalones que faltaban para llegar a la calle y se fracturó ambos brazos, sumado esto a todo lo que le había pasado.”
¿Qué te parece si hacemos una lista de todas las cosas buenas que nos suceden, las personas que nos quieren, los beneficios que tenemos y las anotamos una por una?. Seguramente lo bueno que nos pasa supera en mucho a lo perjudicial. Esto nos permitirá tener una mejor actitud, positiva y con buena energía. ¿Lo intentamos juntos?.
*) Periodista (Universidad Nacional de la Matanza - Bs. As. - Argentina). Director de Seminarios e Institutos en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para las sedes Morón, Quilmes y Merlo (todo en Bs. As.).
Docente y Profesor en religión para jóvenes de 14 a 30 años. Director del Programa de Becas Educativas (FPE) de la Iglesia en Instituto SEI Merlo. Coach y Orientador Educativo en el mismo Instituto.
Todo esto fue realizado desde 1986 a 2013. Coach de Vida y Facilitador de proyectos personales (Estudios con la Licenciada Graciela Sessarego - Venezuela).
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