*) Mag. José Luis Corbo

“…En la escuela se aprenden las “reglas” del buen uso, es decir de las conveniencias que debe observar todo agente de la división del trabajo, según el puesto que está “destinado” a ocupar: reglas de moral y de conciencia cívica y profesional, lo que significa en realidad reglas del respeto a la división social técnica del trabajo y, en definitiva, reglas del orden establecido por la dominación de clase.” (Louis Althusser)

Louis Althusser y Pierre Bourdieu intentaron, de modos diferentes, explicar las formas en que las sociedades se reproducen manteniendo inalterables sus estructuras y legitimando roles y lugares de los sujetos en los diversos momentos históricos.

Para Althusser, el Estado cuenta con aparatos ideológicos al servicio de la reproducción de las condiciones de producción. Los aparatos ideológicos ejercen una forma de poder invisible -el mejor de los poderes- y se diferencian de los aparatos represivos, los que están habilitados al uso de la fuerza en caso de ser necesario, para mantener la homeostasis de ese Estado.

Los aparatos ideológicos estarán puestos entonces al servicio de la reproducción y, por tanto, serán los encargados de reproducir la ideología de la clase dominante. Serán aparatos ideológicos las escuelas, las religiones, los clubes, el deporte y tanto otros.

Bourdieu, por otra parte, entiende que los sujetos organizan sus relaciones sociales a modo de “campos”, espacios prácticos, objetivos, con formas particulares de ser y de hacer y que terminan configurando su “habitus”, estructurando modos de pensar y de actuar. Es decir que las prácticas del campo determinan las formas de la conciencia y de la conciencia para la acción de los sujetos.

Para Bourdieu, las formas en que circula el capital cultural en cada uno de los campos es determinante para la conciencia del sujeto y para el lugar que ocupe en su o sus campos de pertenencia.

Si bien ambos enfoques se presentan como estructuralistas, el último Althusser reivindica su pensar dialéctico en su etapa tardía, aclarando su afinidad al materialismo histórico a partir de la elaboración de diversas notas al pie a su texto original, las que abren alguna posibilidad a la transformación.

Bourdieu, sin embargo, se mantuvo siempre fiel a su posición estructuralista, la que nace a partir de diversidad de estudios sociológicos que publica en textos como “La reproducción” o “Los herederos”. El sociólogo demuestra como los espacios prácticos en los que los sujetos se mueven y los pares con los que conviven determinan el lugar que ocuparán durante el resto de sus vidas.

Simplificando el análisis de ambos pensadores, podríamos decir que para Althusser estamos sometidos a una suerte de códigos relacionales que nos impone la clase dominante, y que se instalan a priori a modo de máximas kantianas. Esos códigos conservan la estabilidad de las formas de la producción y nos mantienen adormecidos ante la reproducción permanente de las relaciones de desigualdad.

Las instituciones nos estructuran ideológicamente y nos ponen, aún sometidos, al servicio de la reproducción, sin importar el lugar que ocupemos en la lucha de clases. La ideología enseña y adapta al pobre a ser pobre y prepara al poderoso para preservar su poder, en el entendido de lo “natural” de esas formas de desigualdad.

Para Bourdieu, los privilegiados se mueven en espacios de privilegios, y los desposeídos se organizan en espacios de pobreza. Su ser social y las formas de la cultura los ubican al servicio de una maquinaria que funciona de forma estable y sostenida, reproduciendo desigualdad. Los campos tienen autonomía relativa, se vinculan entre sí, pero hay campos a los que los pobres jamás acceden, campos de privilegio y de poder.

Desde la perspectiva althusseriana, y a modo de ejemplo, la ideología entrena para la aceptación de la pobreza, hipnotiza al pobre y le explica, sin hacerlo de forma explícita, que cada cual nace con un lugar en el mundo, es decir que se ocupa de naturalizar lo injusto.

Desde la lógica bourdieana, las formas en que los sujetos se apropian de la cultura y la pertenencia a los campos, es decir el lugar de los sujetos en el espacio social, es lo que determina la reproducción y la legitimación de la desigualdad.

Si bien ambos autores tuvieron en su obra distancias inconciliables, analicemos la actualidad a la luz del pensamiento de ambos. El heredero, el hijo del hijo del hijo de... crece sin ningún tipo de dificultades, se forma en la capital en el apartamento que sus padres le compraron para eso, no importa cuánto demore en recibirse mientras se reciba y cuando vuelva, tendrá pronto el espacio para trabajar, heredando también en el mayor de los casos los clientes, pacientes, socios o lo que sea que pueda heredar. Para el heredero lo normal es heredar, heredan hasta la ideología.

Hay herederos que inclusive se apropian de discursos mesiánicos, e intentan inyectar de voluntarismo la conciencia de “los de abajo”, y los estimulan a sacar créditos y abrir empresas, liberándolos así de la explotación de los patrones pero entregándoles a los grandes bancos.

El pobre, por otra parte, respira pobreza pero piensa con ideología prestada. Se traga el discurso mesiánico y se anima a auto explotarse. Cae y no tiene red, pero se levanta, porque los herederos le enseñaron también a ser resilientes, uno de los peores conceptos de las pedagogías paidocéntricas.

Suben la misma escalera que los herederos, pero los escalones se les hacen gigantes, caen una y cien veces para volver a empezar desde abajo. También se adaptaron a la meritocracia del sistema y cuando viven como los de arriba, cambian sus roles y se ocupan de desestimar a los que no se arriesgan, porque entienden que no tienen actitud para el éxito, como si de actitud se tratara. Eso lo aprendieron muy bien de los herederos, y ahora trabajan para ellos, reproducen sus discursos, su ideología, y hasta se atreven a vincularse con otros campos.

NO HAY NINGÚN TIPO DE POSIBILIDADES PARA UNA EDUCACIÓN QUE SE PIENSA CRÍTICA Y NO CUESTIONA EL MODELO PRODUCTIVO. LA ÚNICA FORMA DE TRANSFORMACIÓN POSIBLE ES LA QUE REVOLUCIONA LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN Y LA REPRODUCCIÓN DE LAS CONDICIONES DE PRODUCCIÓN. TODA INTERPRETACIÓN CRÍTICA DEBE LLEGAR AL ANÁLISIS ESTRUCTURAL, DE LO CONTRARIO DEVIENE EN COMPLEJOS ANÁLISIS FATALISTAS, EN DISCURSOS DE DESESPERANZA.

 

*) Licenciado en Educación Física. Magister en Didáctica de la Educación Superior. Posgrado en Didáctica de la Educación Superior. Actual Director Coordinador de Educación Física de CEIP Maldonado.

Integrante de la línea "La Educación Física y su Enseñanza" adscripta al grupo “Políticas Educativas y Formación Docente. Educación Física y Prácticas Educativas”.

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