Sobre las 9.30 de este sábado, se confirmó oficialmente el final más temido en el caso del técnico de fútbol infantil de Maldonado que se había llevado a Felipe Romero, el niño de 10 años que él decía amar como si fuera su hijo. El hombre de 32 años, mató al pequeño de un balazo y luego se auto eliminó junto a él.

En el entorno de la hora 9.30 de esta jornada, cuando el operativo de búsqueda de Fernando Sierra y el niño Felipe Romero se intensificaba en la zona de Villa Serrana, Lavalleja, los efectivos que participaban se encontraron sorpresivamente con el escenario menos deseado.

A unos 750 metros de donde Sierra López había dejado abandonado el automóvil que conducía, en una quebrada y en medio de una espesa vegetación, estaban los cuerpos, prácticamente juntos, del entrenador de futbol infantil y del pequeño que él decía amar como si fuera su hijo.

Desde la pasada jornada, los investigadores tenían la certeza de que ambos se encontraban en la agreste zona de Villa Serrana. Una serie de indicios indicaban que no habían salido de allí, aunque el hallazgo paulatino de varias prendas y otros efectos comenzó a hacer pensar en lo peor.

Si bien al caer la noche el operativo más intenso de búsqueda se detuvo, se reprogramó el trabajo para esta jornada, al que se sumaría incluso un helicóptero del Ministerio del Interior, y se dejaron varios efectivos en la zona que realizaron patrullajes durante la noche y madrugada.

En el lugar, que aún permanece cercado, trabaja Policía Científica y la Justicia, ya que ahora se procuran establecer una serie de detalles sobre la data de muerte, como el día y la hora en que se produjo el homicidio y suicidio, y el arma que utilizó Fernando Adrián Sierra López.

Los primeros datos dan cuenta que todo habría ocurrido en las últimas horas de la tarde del mismo jueves, apenas el individuo llegó a esa zona con el pequeño al que a media tarde había retirado de la escuela 2 de la ciudad de Maldonado. Eligió un lugar que ya conocía y al que iba con frecuencia.