Mientras un joven ladrón fue enviado a la cárcel de Las Rosas por el robo de una garrafa de supergás, un hombre de 58 años fue procesado sin prisión por receptación, ya que se encontraba vendiendo instrumentos médicos que habían sido robados una semana atrás.

Días atrás, una patrulla de Investigaciones del Distrito 2, observó en calle Víctor Hugo y boulevard Artigas, en el límite de los barrios Deauville y Jardines de Córdoba, a un individuo transportando trabajosamente una garrafa de supergás de 13 kilos.

Los policías decidieron identificarlo, tratándose de Rafael Martínez Muniz, un joven de 21 años poseedor de antecedentes penales, quien no pudo aportar argumentos convincentes sobre el origen y destino del artefacto, por lo que fue trasladado a dependencias policiales.

Ante la insistencia de los investigadores, el joven terminó confesando que había ingresado al predio de una finca del barrio Jardines de Córdoba, de donde hurtó la garrafa. El dueño fue ubicado, confirmando el robo del artefacto del fondo de su casa.

Llevado ante la Jueza Penal (s) de 4° Turno, Rafael Martínez Muníz fue remitido a la cárcel de Las Rosas, por la presunta comisión de un delito de violación de domicilio agravado, en concurrencia fuera de la reiteración, con un delito de hurto.

Mucha suerte

A todo esto, un hombre de 58 años, identificado por las iniciales J.C.A.V., fue procesado sin prisión como autor de un delito de receptación especialmente agravado. Como medida sustitutiva, deberá cumplir arresto domiciliario nocturno durante 60 días.

Todo se inició días atrás, con una llamada telefónica al número de emergencias 911, dando cuenta de la presencia de un individuo en avenida Aiguá y calle Soriano, que estaba vendiendo instrumentos médicos posiblemente producto de un hurto.

Investigadores del Distrito 2 acudieron al lugar, donde intervinieron a J.C.A.V. quien efectivamente estaba vendiendo una serie de aparatos de uso médico; negó rotundamente haberlos robado e insistió que los había encontrado en el interior de un contenedor.

El individuo, entre otros varios efectos, estaba intentando vender un estetoscopio y un esfigmomanómetro (instrumento para medir la fuerza y frecuencia del pulso), los que podrían ser producto de un hurto cometido el 17 de junio.

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