El 30 de diciembre de 1987, la Administración Sanguinetti resolvió la aniquilación del servicio de pasajeros de AFE. En los inicios de la Administración Vázquez, el gobierno cívico-sindical se preguntaba:

“¿Puede ser la actividad ferroviaria en el Uruguay viable en el 2009?, y proponía como temario: la demanda actual (2005), el desempeño operativo reciente, la demanda proyectada en 2009, el desempeño operativo en 2009 entre otros variados aspectos y concluía diciendo que AFE en 2005 enfrentaba una oportunidad histórica para transformar sustancialmente la escala de sus operaciones: “las inversiones realizadas en los bosques del Uruguay en las últimas décadas están comenzando a madurar y generan una fuertísima demanda de transporte para movilizar tanto rolos de madera como productos industrializados. La velocidad media de los trenes es de 10 km p/hora de acuerdo al estado de las vías”.

Llegaron  a contratar los servicios de una conocida e internacional consultora privada para que con sus vínculos en los EEUU ayudara la gestión vazquista, que perdida en un ente de transporte bajo el mando del Ministro Rossi más recordado por  sus dichos en el Plunagate, mostraban ya un nuevo fracaso de la izquierda derrochona.

Recuerdo que en diciembre de 2005 visité al Arq. Galichio (Presidente de AFE) junto al representante de la red de ferrocarriles de Francia, SNCF (Société Nationale des Chemins de Fer Français), una de las mejores redes de trenes del mundo.

El propósito de la reunión fue informarnos de cuáles eran los planes del gobierno de izquierda respecto a AFE y estudiar si dentro de ellos había para esta empresa extranjera alguna posibilidad de integración ya que contaba con recursos disponibles para ser aplicados en inversiones por us$ 1.000 millones.

Las respuestas del Presidente de AFE a las consultas fueron: “AFE requiere inversión de capital de riesgo que se pagará con los beneficios del negocio de carga. AFE tendrá un 50% de participación y el resto el socio”. Preguntado quien realizaría el control de la operación, es decir, programar horarios, cargas, tiempos, esperas, personal, etc., respondió: “Por supuesto que la operación de gestión empresarial la continuará haciendo AFE.” “No nos gustan las multinacionales”. “El gobierno Chino nos proveerá de locomotoras y vagones” “Un consorcio argentino se hará cargo de la empresa de cargas y realizarán la inversión necesaria”.

Muy educadamente y agradeciendo la información nos retiramos y enviamos una nota a SNCF transmitiendo los detalles de la reunión y nuestro punto de vista concluyendo: -olvidarse de la posibilidad de intentar realizar una inversión bajo estas condiciones-.

Han pasado ya doce años de aquella reunión y nada significativo ha sucedido con AFE más allá de decretos, nuevas ideas, paseos y deseos. Sin una verdadera concesión estatal, un fideicomiso de infraestructura y la explotación a cargo de personal privado, el ente continuará siendo un cuasi colectivo de desempleo no sumado al índice general a los que todos los uruguayos pagamos su seguro mensual con cargo al impuesto al trabajo (IRPF).

Sin embargo, El Gran Pinocho le dijo a posibles inversores alemanes que las puertas están abiertas, que Uruguay es un país seguro y no son necesarios ni guardaespaldas ni autos blindados. Él posee tres autos blindados, usa el número SP1, Chevrolet Vectra 2.2 plateado, de vidrios oscuros y un batallón de 30 guardaespaldas.

Cualquier operación transparente con AFE pasa por cerrarla al igual que Mujica hizo con PLUNA, promover una Licitación Internacional donde se establezcan muy claramente las necesidades de inversión en infraestructura, material rodante, planes comerciales, etc. Y aun así, si no se contiene debidamente al Sindicato, el lio puede llegar a ser mayúsculo.

*) Cr. Ricardo Puglia Saavedra

*) Especialista en inversión bancaria y asesoramiento empresarial, egresado en 1980 de la Universidad de la República Oriental del Uruguay “Contador Público y Licenciado en Administración”. Ex vicepresidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo. Ha desarrollado una proficua e intensa actividad en la banca nacional e internacional, destacando las áreas de inversiones, reestructuración de deuda, banca corporativa, banca minorista, proyectos de inversión, ingeniería financiera y comercio internacional.

En 1990/1991 ocupó la gerencia comercial de Credit Lyonnais Uruguay y participó en la renegociación de la deuda externa uruguaya en estrecho contacto con el Ministerio de Economía y Citibank N.A.; de 1992 a 1996 estivo a cargo de la gerencia comercial de Banco Exterior Uruguay (hoy BBVAArgentaria).

Desde el año 2006 desarrolló servicios profesionales independientes en Consultoría  y Finanzas Corporativas en varias empresas.

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