*) Mauro Mendiburu Benedetto

La industria de la construcción representó el 9.6% del PIB uruguayo en el año 2013, pero a partir de inicios del año 2014 ha mostrado un decrecimiento constante.

Podemos diferenciar tres subgrupos en el rubro denominado industria de la construcción: por un lado la inversión pública, en segundo lugar la inversión industrial y comercial, y finalmente la inversión residencial. Esta última tiene sus pilares en los tres centros residenciales de desarrollo: Colonia, Montevideo y Maldonado.

De acuerdo a los estudios realizados por CPA Ferrer, el Indice Líder en la Industria de la Construcción (que predice el desarrollo de los tres subgrupos acumulados para los siguientes meses) muestra una caída en los últimos 8 trimestres, y anticipa que no habrá recuperación sino al menos hasta mediados de 2016; cuando comiencen a desarrollarse los proyectos de Participación Público Privados (PPP) en inversión pública.

En lo que va del 2015, se estima se han perdido unos 19.000 empleos en la construcción, y considerando las perspectivas mencionadas, resulta difícil pensar que se puedan mantener los 54.000 empleos existentes en la actualidad.

Para Maldonado, la situación es compleja, ya que no existen muchas posibilidades de que las PPP afecten directamente a nuestro mercado, al mismo tiempo no se está desarrollando un mercado de radicación de inversiones productivas que pudiese impulsar la inversión comercial e industrial, y finalmente la inversión residencial está estancada y no existen políticas efectivas que la puedan estimular.

Es que el principal problema de la inversión residencial es el exceso de oferta. Se estima un stock de 7800 viviendas nuevas a la venta. Y considerando una demanda promedio de los últimos años de 2500 viviendas nuevas por año, se necesitarían más de tres años para licuar el stock existente; esto si no se finalizaran las obras en construcción, algo que está ocurriendo.

Para colmo de males la demanda ha caído debido a la reducción del precio de los commodities, el incremento de la tasa de desempleo, y la caída de la confianza de los consumidores en adquisición de este tipo de activos, sumado ello al potencial aumento de la tasa de interés internacional que desvía recursos de la inversión inmobiliaria a activos más líquidos.

El desequilibrio se podría ajustar con una caída de los precios de los inmuebles, lo cual no ha ocurrido porque los inversores no han encontrado alternativas con altos rendimientos como para liquidar sus posiciones, incluso a pérdida de sus inversiones.

Si bien no descartamos que en el futuro pueda producirse dicha liquidación, parece que no existen perspectivas positivas de reactivación de la industria inmobiliaria residencial local. Las autoridades departamentales se encuentran a tal punto confundidas, que apelan a exoneraciones tributarias para estimular la oferta, cuando claramente tenemos un problema de demanda, por lo que nada podemos esperar, sino marginalmente de las mismas.

Y las políticas de demanda se deben desarrollar con conocimiento, y con vistas al mediano plazo, con claridad de visión, algo que hasta el momento no parecen tener quienes son responsables de estimular el empleo en el departamento de Maldonado.

*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.

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