El director de Unasev, Gerardo Barrios, consideró que la ley de cero alcohol es integral y abandonar ese camino puede implicar que muchos de los conductores que consumen alcohol salgan a la vía pública y, haya un incremento en los siniestros de tránsito. En el Parlamento, se presentó una iniciativa para reducir las sanciones cuando la espirometría de hasta 0,3 gramos de alcohol por litro de sangre.

Dos diputados del Partido Nacional presentaron un proyecto de ley para modificar la normativa de alcohol cero que rige desde hace un año y medio, la que sanciona con una multa económica y el retiro de la licencia de conducir por 6 meses a quienes conducen con alcohol en sangre, cualquiera sea su concentración.

La iniciativa apunta a que las sanciones sean graduales, porque no resulta justo que se retire la licencia de conducir por 6 meses cuando la espirometría de un conductor registra muy bajos índices de alcohol por litro de sangre (hasta 0,3), o da otros muy superiores.

Según medios capitalinos, la iniciativa de los legisladores blancos ya cuenta con algunos apoyos en las bancadas del Frente Amplio y del Partido Colorado, y el beneplácito del director nacionalista de la Unidad Nacional de Seguridad Vial, Alejandro Draper.

En desacuerdo

El director de la Unasev, Gerardo Barrios, cuestionó la iniciativa y manifestó su posición contraria a la modificación pretendida. “Cuando se hace un proyecto de ley o una ley, debe mirarse cuál es el resultado esperado; si esa ley apunta a disminuir la cantidad de lesionados y fallecidos en el tránsito, bienvenida sea”, dijo.

“Ahora, si ni siquiera se tienen en cuenta los resultados que se están obteniendo con el descenso notable que ha habido en la cantidad de espirometrías y se vuelve a esa confusión de que se puede tomar un poco de alcohol y salir, eso va en contrasentido de lo que se está planteando, agregó Barrios.

Barrios precisó que la legislación vigente establece el retiro del permiso de conducir como elemento disuasivo para los conductores que toman alcohol, y consideró que, si se anula esa potestad, es como decirle a la población “pueden tomar un poco de alcohol que en realidad no es tan malo”.